jueves, 21 de mayo de 2009

La sinceridad de Louis.

Salvar sólo a Mary Burns.

De todo el marxismo, sólo Mary.

sábado, 2 de mayo de 2009

Hay una guerra en alguna parte.

Hermoso Dashi, el Barsa acaba de follarse al Real Mandril.

A mí me duele la garganta, pero no es de eso. He estado en cama, viendo el partido a través de la página de una cadena argentina, que no sé si sabrán más o menos de fútbol, pero me encantan los comentarios que hacen, sobre todo los motes que les ponen a los jugadores. Como iba con retardo, los madrileños celebraron el primer gol madridista antes de que yo pudiera angustiarme (1). A ver, me explico, esta era la situación: yo estaba viendo a los jugadores salir al campo cuando escuché a los niños del parque que queda bajo mi ventana celebrando el primer gol del Mandril... me sorprendió por el desfase de la página donde lo veía, y como sólo escuché un grupo de niños celebrar y, contestándoles, la bocina de un coche... me vino la siguiente idea a la cabeza: un simulacro. En serio, pensé que los niños estaban liándola, y me pareció genial. De hecho, estaba apunto de mandar un mail a todo el mundo en plan: fíjense qué espabilaos son los niños del Panben, pobres pero, como se ríen hasta de su padre, acaban de pasarse por el arco del triunfo hasta la disciplina futbolística, la prueba de que su lumpen-pinpolleo diario (llamemos así a lo que hacen en vez de ir al colegio) da muchos frutos, y ahora se dedican a reírse de la gente haciéndoles creer que el Real Mandril ha marcado. En mi delirio, quise ver a esos niños a los que el sistema (lease: organización urbanístico-educativa-marginal de cualquier ciudad, en este caso, Mandril) tortura hasta hacerles verdugos, como pequeños conspiradores que, a microescala, habían tejido una treta genial a sus convecinos.

Pero, lo que te digo, que simplemente la página tardaba en cargar, así que iba con retraso.

En este momento del blog estarás pensando: al Ales se le ha vuelto a ir la perola y ya no necesita ni el pretexto de contarnos la última película que ha visto para rayarnos el lóbulo frontal (2). Y bien, es cierto. Pero no es menos cierto que todo esto también puede servirnos... ¡¡¡para hacer una reflexión sobre la Verdad en el mundo virtual!!! CHAN TA TA CHÁAAAAANN¡¡¡!!!

Qué aburridas serían las cosas si no pudiera escribir sobre ellas cínicamente, haciéndome un poco el modernillo. Bueno, mejor dicho, qué aburrido sería yo, dejemos a las cosas en paz.

Así que, digámoslo claro: cuando me muevo con los chavales de este barrio (incluso de mi barrio), por más que quiera, al final siempre estoy esperando, falazmente, algo de ellos, un giro ingenioso, una inconoclastia espontánea un... un algo, un poquito de anarquismo que me permita alimentar mi mitomanía de la pobreza. Y esto es pura kk (incluso kkk). Y lo es porque, primero, quiero que, igual que se quedan conmigo, igual que se pasan de listos conmigo, se pasen de listos con el sistema. Y, segundo, porque me he chupado demasiadas explicaciones fáciles de la vida.

Entonces, yendo por partes, la tragedia es doble, o cuadriple: porque yo quiero que se queden con el sistema pero, seamos sinceros, es hasta un mito que se queden conmigo. En serio, estos chavales asustan a quienes se dejan asustar, pero ahí queda claro. El aparato no-educativo formal (al que van poco) junto con el informal (canciones de perreo) les ha separado lo suficiente de la única fuente decente (sic) de conocimiento del mundo, que podrían transmitir los abuelos pero que no actualizan los padres porque en este país (y no sólo en este) hubo una cosa que se llamaron los 70 y una cosa que se llamó heroína y una cosa que se llamó a-tomar-por-culo-la-familia-que-era-el-único-sitio-donde-se-podía-llegar-a-entender-que-no-todo-son-tiburones.

Por tanto, estos chavales no están para bromas antisistema. Ni un poquito. Para hacer giros, chistes, es necesario conocer, haber mamado cómo son las cosas y, joder, ya no es posible. De hecho, el personaje fundamental de esto es el Sr. don Nica y lo que representa: la religión evangelista ha mantenido unido aquello que la heroína vino a romper, y por eso, el Nica sí que se queda conmigo (y contigo) cuando quiere, y por eso, menos cuando viene de comulgar (él dice: vengo de tomar el Espíritu Santo, así que tira millas que no quiero cuentos), se-las-sabe-todas.com.

Pues eso, que me invento. Lo que me lleva a recordar n-conversaciones con n-personas distintas que no ven posibilidad posible de cambio de todo esto. Claro, llegamos al Panben y queremos ver creatividad a raudales, y picardía, y frases que marcan tu vida dichas mirándote a lo que te tapa la retina... y, en cambio, nos encontramos siendo todos fetos McParidos estilo peli zombi. Por eso, creo que a los progres nos vendría muy bien, antes de nada, antes de empezar nada, tener la sospecha como principio (eso a menudo ocurre, el relativismo progre nos lo permite) pero acompañado, en seguida, de la cura a esa sospecha: que nos coma la realidad, permitirnos ser comidos.

Si hiciéramos una peli sobre la violencia, es un poner, sabiendo que nos podemos dedicar a ovillear fatalmente dejando que se pierda todo lo que tiene sentido por culpa de nuestras neuras, la empezaríamos (la peli) con, no sé, es un ejemplo, diez minutos de imágenes de guerra. Sí, imágenes de guerra, imágenes de guerra a todo trapo, imágenes de guerras reales y de pelis (al fin y al cabo, para nostros, chicos telediario, su representación es tan guerra como la guerra). Una vez situado esto, el hecho, la filosofía puede comenzar sin ser un engaño a propósito.

Una película así es Notre Musique y es una respuesta a la pregunta: ¿por qué en Pan Bendito haríamos un documental y en La Moraleja ficción?, ¿por qué a lo largo de la historia sólo nos quedan los poemas de los "pueblos" derrotados cuando hablan de los vencedores en lugar de sobre su propia historia?, ¿por qué los chavales de Pan Bendito te vacilan por su procedencia, por su orgullo de barrio identitario, pero no sabrían decirte por qué su barrio se llama así?, ¿por qué la primera, o más eficaz, herramienta que utilizó el sistema contra las clases explotadas que quedaban fuera/inmunes a la ventrilocuacia universitaria fue dinamitar la familia, así como todas las formas que teníamos de contarnos lo que habíamos aprendido por nosotros mismos, con tanto esfuerzo y a lo largo de tanto tiempo?

Sí, sólo pueden afrontarse esas preguntas desde la poesía, desde el símbolo. Pero sólo serán esas preguntas si, antes, se afrontan desde el hecho. La realidad sigue siendo algo con lo que nos topamos a través siempre de la melancolía (valdría también: pre-juicio). Atendamos, pues, al desajuste de la transmisión de la historia que nos contamos con acento argentino; estemos atentos a los fallos en el cuento que nos contamos.

Vaya, Dashi, al final sí hubo peli. Fin del mensaje.




_________

(1) Sí, yo voy con el Barsa. Aclaro que no soy del Barsa, que cuando pierde el Barsa me da igual, que ni me fijo en sus fichajes ni nada de nada, pero que cuando juega con el Madrid... yo que sé. Es algo que me pasa desde chico, antes de saber que el Madrid era el equipo de Franco, antes de saber quién era Mijatovic y cómo se peinaba, etc. Supongo que se debe a que nací en el 80 y, como todo embrión de progre que era yo por entonces, no me gustaban los que ganaban siempre y, en los primeros 80, cuando era pequeño, el Madrid de Butragueño ganaba siempre y ya se sabe que las heridas de la infancia no curan nunca... Para cuando llegó el Dream Team yo ya estaba intentando sacar partido de mi desgarbo en el baloncesto (así que no me afectó que ellos ganaran) y, además, en el Dream Team jugaba Stoichkov:



(2) No, esto no es una alusión a Marietis porque, la propia Marietis, se ha prometido a sí misma no leer jamás este blog y, Dashi, esas son cosas que debemos respetar por todo el tema de los derechos humanos y tal:


jueves, 23 de abril de 2009

Una histora de esperanza.

1. En una guerra contra el mundo.

Querido amigo Dashiell, me pregunto si siempre va a ser así de difícil. Ahora verás a lo que me refiero.

Se llama "Fóllame". Es la peli de Virgine Despentes que escandalizó a media Francia (la otra ni se enteró, como siempre) y, a través de ese escándalo, sacó (a Virgine) del underground a la palestra pública más mediatizada. Se trata de la road movie destroyer de dos heroínas guerrilleras follando tíos y pegando tiros que se desenlaza (entre otras cosas) tras la violación de una de las protagonistas. Una reivindicación del status de los actores porno como tales (actores), una reflexión sobre la violación (se tradujo no por nada como "Rape me" al inglés), sobre lo transgresor y lo establecido...




Pero, sobre todo, es una película sin esperanza. Llevo, en realidad, mucho tiempo detrás de terminar estas líneas porque mi relación con la esperanza no es algo sencillo, sin embargo, Dashiell, es necesario, es imprescindible, que los pequeños hallazgos que vayamos haciendo los podamos ir compartiendo. Está ahí lo frágil de estas líneas.


Bien, es el momento de aventurar una tesis: la revolución no es una línea recta.


Me explico: "Fóllame" es una película transgresora, y pretende serlo, con lo cual, consigue ese objetivo. Pero la cuestión es ¿qué transgrede?


Imagínate la misma venganza de nuestro post anterior, la de "El caso Slevin" solo que sin ningún puto juego de manos sino, todo lo contrario, arrancar y apretar el acelerador hasta pegarse de piños contra el muro. Un ataque frontal al sistema, querer devolverle la violencia por la vía directa a una realidad que es estructural, esa es la lógica de la guerrilla. Por sí misma, una forma de afrontar la realidad así, no deja opción alguna a la esperanza, la peli es muy explícita en eso. Sin embargo, lo interesante comienza en ese punto precisamente porque para mucha gente, "Fóllame" abre, dicen, la puerta a la acción política. Es curioso, porque en principio... más bien lo que nos motrarían es un camino cerrado.


¿Qué sucede entonces para que caigamos en esa confusión?


La clave para entender que nos va el rollo héroe (es decir, las ficciones de la revolución) reside en que deje de importarnos si nuestra apuesta puede ser adaptada por otros, cuestionada por otros, reinventada por otros, y que deje de importarnos qué tiene que decirnos la realidad. La acción del héroe es independiente de la realidad, se despega de la realidad, y por tanto no rinde cuentas más que a su propia fantasía. ¿Significa eso que no aspira a tener seguidores? Al contrario, pero siempre serán fans, admiradores de sus hazañas. La acción del héroe es la imposición contra la realidad de sus planteamientos, el desarrollo de una ficción. Todo el que realmente (sic) se decida a afrontar un cambio de la realidad, sabe que ha de afrontar las causas, no entrar al trapo de las consecuencias y enmarañarse a pataletas contra ellas. Sin embargo, si lo que pretendemos es representar, desarrollar una ficción de acción política, lo mejor es enmascararlo con una supuesta acción directa irrealizable. El llamamiento al enfrentamiento directo ante una realidad que no ejerce su violencia directamente sino estructuralmente, es el escondite perfecto para la mejor política de ficción, aquella que ha claudicado de cualquier transformación y sólo busca la ficción por sí misma. "Fóllame" es la propaganda de esta forma de ficción, que, en la representación de una supuesta política desnuda, de confrontación directa, anula toda acción real. Es la misma lógica de la pornografía: en la apariencia de una presentación directa del sexo, hacemos desaparecer el sexo. Sin embargo, es precisamente una de las dos directoras de la película, Virgine Despentes, una de las destripadoras de la pornografía en este sentido, de las que mejor han desmantelado el dispositivo ideológico de la pornografía. Tanto en "Teoría King Kong" como en otros textos, también de Beatriz Preciado y otras, tenemos una disección muy profunda de la pornografía como mecanismo de control social y construcción de la subjetividad. Por ejemplo, en "Testo Yonqui" de Preciado encontramos una referencia expresa al proceso que denomina principio Weber-Hilton: "el objetivo no es la producción de placer, sino el control a través de la gestión del circuito escitación-frustración de subjetividades políticas. El objetivo del porno, como del trabajo sexual, es la producción de satisfacción frustrante. La satisfacción frustrante define a cualquier otra producción en la economía posfordista". La insurrección frustrada es, igualmente, el principio de constitución del héroe.

La forma en la que ese mismo principio es totalmente válido para "Fóllame" es toda una ironía. Entonces, ¿cómo es posible que, semejante análisis del sistema, nos proponga en el actuar esta revalidación del mismo?

Intelectualmente, podemos acceder a extensas y complejas disertaciones sobre el funcionamiento del sistema. Editoriales, webs, todo tipo de publicaciones, son el campo de batalla de posiciones teóricas enconadas que se acometen, unas a otras, desde unos aprioris ya teóricos. Citamos a maese Arozamena Coterillo: "La teoría no se opone a la práctica, sino a lo real". Un concienzudo análisis de la estructura puede ser lo que necesite, para cerrarse, para replegarse sobre sí misma, una posición de radical desesperación, para poder legitimarse por sí misma en un circuito de retroalimentación de satisfacción frustrante.


Para poder ir a la tele y tener ficciones de diálogo con presentadores que fueron a alguna mani en los 70, para publicar ficciones de libros con propuestas de liberación, para poder escribir frases de ficticio ingenio en nuestras camisetas no-planchadas, para poder congregar movimientos en los que ponemos sobre la mesa, compartimos, únicamente nuestra desesperación, lo único que podemos compartir. La propia Beatriz Preciado (de hecho, defensora de la potencia revolucionaria de "Fóllame") lo dirá de esta manera:

"La noción de snuff, radicalmente post-postmoderna, se opone al carácter mimético, teatral y simulado de toda representación, afirmando, por el contrario, el poder de la represntación para modificar la realidad, o lo que es lo mismo, el deseo de lo real de existir en y para la representación. De ahí la relación ardiente entre pornografía, snuff y política. Hoy, algunas listas de películas snuff incluyen las rodadas por los militares del ejército aliado o por los soldados nazis dentro de los campos de concentración, el vídeo de Zapruder del asesinato de John F. Kennedy, la película del asesinato del rabino Yitzhak, los vídeos de las ejecuciones en directo de los prisioneros de guerra en Afganistán o en Iraq, los vídeos de la armada americana que muestran la destrucción de pueblos iraquíes, las imágenes de la destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York y el ajusticiamiento de Saddam Hussein. La política se ha vuelto snuff: exterminación por y para la representación."

Dicho esto: que la representación se convierte en un fin en sí mismo de la acción, por tanto, una ficción completa: no bombardeamos este pueblo iraquí por ninguna otra razón más allá que las imágenes en verde y negro del telediario, siendo esto la negación de la política, si el sistema es más punk y más snuff y más porno y más salvaje que cualquiera de nuestras canciones ¿cómo se puede defender "Fóllame"? B. P. nos va a dar una posible respuesta un poquito más adelante, también en su libro "Testo Yonqui":

"El problema es precisamente que nadie vendrá a salvarnos y que nuestra desaparición, aunque certera, no es sino relativamente inminente y que, por tanto, habrá que pensar en ir haciendo alguna que otra cosa mientras nos extinguimos, mutamos, o nos mudamos de planeta. Incluso si esa otra cosa es acelerar nuestra propia desaparición, mutación o mudanza de manera intencional. Habrá que tomar las cosas como son, imaginar los principios constitutivos de una nueva filosofía pornopunk para los siglos venideros."

"Habrá que tomar las cosas como son". Era necesario llegar aquí, porque en varias de las cositas que últimamente estamos discutiendo a través de este blog, llevamos a cabo llamamientos a la realidad, escuchar a la realidad, deshacernos de prejuicios made in Theory y demás, y B. P. nos va a obligar a matizar realmente todo esto. Precisamente, el llamamiento de nuestra testo-chica viene después de la crisis de las "salvaciones". Abolidos los grandes relatos de salvación (B.P. incluye el feminismo), ahora podríamos pensar que iba a proponernos empezar a hacerlo por nosotros mismos, ver, juzgar y actuar por nosotros mismos, como colectivos que pueden caminar hacia la autogestión de su política y su teoría, es decir, de sus relaciones constitutivas internas y con el mundo. Sin embargo, esta no es la posición de B. P., todo lo contrario. Su "habrá que tomar las cosas como son" no viene a cuestionar nuestras premisas punk ya que el sistema es más punk, sino que Bea propugna ser aún más punk que el sistema, ¿cómo? la intoxicación voluntaria, el Principio de autocobaya: sólo hay una política, pues el sistema es más como nosotros (más punk, más porno, más snuff) que nosotros mismos, así que tratemos de oponernos ganándole en esa misma carrera, es decir, si el sistema nos gana siendo más nosotros, nosotros podemos ser más sistema y dice el principio de autocobaya: "es posible curar la enfermedad con una sustancia que, como en un espejo terapeútico, causa los mismos síntomas que la enfermedad en la persona sana."

Esta es la apuesta política de "Fóllame". Si el totalitarismo posmoderno sólo nos deja su puerta, rompámosla de traspasarla. Es en este sentido en el que puede decirse que la peli es transgresora: en no serlo en absoluto. Se trata de llevar a cabo, de forma consciente, la acción política que nos propone La Más Grande (Molinilla dixit):



Romper el sistema, de tanto usarlo.

Es por esto por lo que decimos que "Fóllame", así como las políticas de una buena parte de los colectivos sociales hoy, basan su existencia en la desesperación, en el circuito de satisfacción-frustración que lo mantiene en pie. Eso es lo que propongo discutir hoy, la forma en la que dos francesas deciden devolverle la violación al mundo desde un apriori que no podemos ver en tanto que compartimos: la negación de la política revolucionaria.


2. "Es increíble todo lo que puedes ver mientras esperas"



En 1999, ve la luz "The straight story", una película de David Lynch para Disney. La historia de Alvin Straight, un viejo de 73 años enfermo de enfisema que vive con su hija, y que recibe una carta de su hermano, del cual lleva diez años sin saber nada, diciéndole que está muriéndose. "The straight story" es otra road movie, y es una respuesta a nuestra desesperanza. Porque sí se puede hacer

y es sólo algo. "Algo" es muy poco. Muy poco. Pero es "algo", lo es si al menos no va encaminado a aparentar que es mucho. Si va encaminado a...



... el hermano, al que sale a buscar, es Harry Dean Stanton. Nuestro Travis.


3. La desesperación come personas, pero no todas.

Y sí, digo, es una película de Disney. Supongo que se me puede objetar un criterio realista: esas cosas pueden hacerse en películas de Disney.

Mi respuesta sería: ¿es la guerra en la República Democrática del Congo una película de Disney?




Su canción no es punqui. Es música de encuentro.

viernes, 17 de abril de 2009

El Shuffle de Kansas City.

Se llama Érika, es peruana, tiene 35 años y estudió informática de gestión, donde conoció a Marco. Ahora viven juntos, pared con pared con mi habitación. Ha pasado tres meses en paro, la largaron del Rodilla donde trabajaba, en la estación de Méndez Álvaro, y ahora curra en una frutería propiedad de unos marroquís. Lleva tres semanas ahí, trabaja más de 50 horas, cuando debería trabajar 40, y no le van a dar de alta en los 3 primeros meses, según dicen. Necesita el alta en la Seguridad Social para renovar la tarjeta de residencia. Son cosas que pasan.

Erika y Marco viven muy bien, mejor que yo. Como subarrentan las habitaciones de nuestro piso, el piso les sale gratis y Marco ahora también tiene trabajo. Con los ahorros que van consiguiendo, tiran para adelante. Cuando se vieron más ajustados, nos pidieron permiso para sacar otra habitación del salón, con lo cual les llega dinero extra. Cuando hablamos de persecución a los ilegales, pensamos en chicos subsaharianos que se jugaron la vida en patera y ahora venden CDs, Erika y Marco no recuerdan esa imagen, para nada. Capean como pueden la situación y van mandando dinero a Perú, están acostumbrados a reventarse a trabajar, se van de juerga cuando pueden, están aprendiendo a jugar al ajedrez, y son felices viendo la tele peruana en su cuarto y cuidando de su acuario.

Le pregunté qué tiene pensado hacer con lo de la tarjeta... y no lo tiene muy claro, le pregunté si sabe qué es un CIE, si sabe qué consecuencias puede tener andar por ahí sin papeles. Y no lo tiene muy claro. Erika y Marco viven bien, alejados de la imagen que podemos tener de un inmigrante ilegal... pero cualquier día, puede que se cuelen en el Metro, o simplemente estén parados en una cabina haciendo una llamada, o pasen por el intercambiador de de Avd. América, y, ese día, comience un proceso en el que terminen en un centro de internamiento, sin haber cometido delito alguno. Érika es el paradigma de alguien que, sin "meterse en líos", cumpliendo las leyes, las normas, puede caer en el agujero: un agujero que es cada vez más grande para todos.

Es un juego de manos.



Durante mucho tiempo, yo y otros (algunos de los que leeréis esto entre ellos) nos hemos dedicado a combatir la idea de que el ejercicio concreto del Poder se establecía a través de una gran conspiración internacional que lo controlaba todo estilo Gran Hermano, acudíamos al concepto de ideología dominante, al sostén del status quo a través del consenso social, a las prácticas, al "lo hacen pero no lo saben" y demás. Sin embargo, ahora puedo decir que es una forma combinada de ambas, eso es el Shuffle de Kansas City. No es que los mecanismos clásicos de control social hayan desaparecido o se hayan debilitado, al contrario, se han incrementado:



pero, lo más importante, es que existe una planificación para construir la resistencia a estos mecanismos. Hay un plan que nos afecta a nosotros más directamente que ese contro, porque hay un plan para constituirnos. Un ejemplo muy claro es la táctica que ha seguido el Clan Rockefeller, una de las familias más poderosas del mundo, si no la más. Poseedores de un emporio supraholding internacional de empresas, un entramado de control político inmenso, son, por sí mismos, un Estado propiamente dicho. Y, además de estar directamente implicados en invasiones y guerras en todo el mundo en pos de sus intereses económicos más directos, poniendo y quitando presidentes que es lo que, al fin y al cabo, cualquier podría esperar de ellos, tienen un lado oscuro. Pero, ¿cuál puede ser el lado oscuro de la gente que constituyó, junto con Kissinger, el llamado "Gobierno en la sombra"? Pues pongamos varios ejemplos: financiaron al Mao de la Larga Marcha, tenían negocios con Stalin, financiaron sindicatos y son los responsables de las cátedras de estudios feministas que impulsaron, en EE.UU. primero y en todo el mundo después, la llamada ideología de género. Hasta donde sé, parece que ese ha sido uno de sus grandes éxitos, un movimiento de militancia global que trasciende a los clásicos posicionamientos políticos (todo el arco parlamentario, y desde luego y sobre todo, las organizaciones sociales, desde sindicatos a grupos más pequeños). Añadamos que, junto con La Caixa, están entre los que financian los encuentros del Foro Social Mundial.

Mientras todos miran a la derecha, yo voy a la izquierda, ese es el Shuffle de Kansas City. Un baile. Mientras la lucha se establece entre conservadores, liberales, postcomunistas, feministas, etc., mientras todos juegan mi juego, yo simplemente tengo que alimentarlo.

"El caso Slevin" (Paul McGuigan, 2006) es la historia de un plan. Un plan que lleva fraguándose 20 años.





Lo interesante de la película es que, esta vez, el Shuffle de Kansas City va a ser utilizado "contra" el Poder. Del discurso de "Smith", Bruce Willis, podemos destacar varias cosas, pero sobre todo, que es una presentación. En "El caso Slevin" va a suceder una venganza, de hecho, es una película también sobre la venganza. El Poder va a sufrir una venganza, una venganza absoluta, y lo harán a través del Shuffle de Kansas City, del baile, harán bailar al Poder, eso es lo interesante: ser más "listos" que ellos. Pero, como decimos, ser más "listos", controlar la situación, a través del juego de manos de Kansas City, no es tener el control de todos los actos concretos, al contrario, se trata de colarles, en las narices, tu juego mientras que ellos lo juegan con pasión.

¿Qué pasa entonces con Érika? Bueno, deberíamos empezar por saber qué es un C.I.E. y tal, eso está claro. Puede parecer ridículo plantear que ella sea más "lista" que Ellos... pero también sería ridículo ofrecerle, como salida, asistencialismo de jarabe rápido: tomar y listo, ya estás curado.

La clave de la película está en el personaje de GoodCat. Sin ese personaje, la venganza que llevan a cabo estaría dentro de los mismos códigos que el Poder, y eso sería iluso. Hay un cambio que opera en el guión que el Poder tenía preparado para GoodCat, y que vemos en el diálogo final:

- Creí que no lo entenderías.
- Lo hubiera entendido.
- ¿Cómo supiste lo nuestro?
- Soy un asesino de primera, estúpido, cómo no voy a enterarme...

Entre: "Lo hubiera entendido" y "soy un asesino de primera", está la contradicción: si eres un asesino, ¿cómo vas a entenderlo? (y tú, Dashiell, si no ves la peli, te quedas a cuadros con todo esto que escribo aquí). Al final, entendemos al chico, ¿pero qué pasa con GoodCat? ¿qué le movía a comportarse así? ¿cual es el secreto de la desobediencia?

La peli no nos muestra qué pasa con GoodCat para que dedique 20 años de su vida a esta venganza. Si lo hiciera, ya no sería una peli para pasar el rato, estaríamos hablando de algo más serio. Por eso, la peli le sirve a Érika, pero sólo para enunciar que es necesario un cambio de lógica.

Para empezar, la fragmentación de los propios inmigrantes, no sólo entre nacionalidades, sino entre ellos mismos, en sus conversaciones privadas hablan menos de estos temas que "los de aquí", los "sociales", lo cual, para nada significa que no les interesa. Por otro lado, cuando se unen, lo están haciendo bajo nuestro auspicio, bajo nuestro permiso. Sé que esto que voy a decir suena chocante, pero, si no es así, si lo que está ocurriendo es que, en realidad, les organizamos nosotros, en nuestros ambientes, con nuestros complejos, con nuestras renuncias a abordar las causas... si no es así, si me equivoco, cómo un testimonio como este



se utiliza para una campaña de legalización del top-manta. Si no somos nosotros, los progres, los que no nos jugamos nada en esto, los que imponemos una lógica de lucha y organización, ¿cómo se explica que se pida la legalización del top-manta al estilo de las reivindicaciones legalistas en las que nos movemos siempre nosotros, abordando las consecuencias antes que las causas?

¿Significa eso que los migrantes son revolucionarios si se les dejase? Bueno, no tengo respuesta para eso, sólo digo que en España, cuando quieres luchar, lo haces en un ambiente que tiene unas concrecciones muy claras en la forma en que se organiza (desde lo natural que es empezar una asamblea 30 minutos tarde hasta que hablen los de siempre en la reunión, y que esto se solucione abriendo un turno para todos...), que son las nuestras, y en lo que sale de ahí, que se mantiene en nuestra lógica politica.

Por tanto, para poder jugar nosotros nuestro Shuffle de Kansas City, necesitamos nuestra lógica. GoodCat revolvió la situación y dio pie a una intrincada trama argumental, entretenida para un sábado por la tarde, por cómo pasó ese vacío que queda intratado en la película. Y al que dedicaremos, también por la apertura de Mr. Coterillo en su comentario al último post, la siguiente entrada.

domingo, 1 de marzo de 2009

Memento: la lógica "comunista" de partido.

A Fran.

Ejemplo de escenario bastardo para "debatir" en la lucha de clases bajo analgésico: tengo ya tres votos negativos en los comentarios a un corte de la película "Noviembre" en youtube, se trata de la escena en la que él dice que quiere cambiar el mundo y ella, la chica, por supueto, le sigue. "Éste puto mundo", dicen, quiren cambiar este "puto mundo"...

Más tres: la llamada de un amigo a las tres de la mañana, la confusión se ha convertido en un paradigma, o una emoción, o un lugar común, o un estado de ánimo: nuestro Estado de ánimo.

Tres gitanos del Panben llaman pelúo a otro gitano, peor vestido que ellos, con menos arte, con peor olor, con más trabajo recogiendo chatarra y menos de venta ambulante. División del trabajo haciendo saltar por los aires la identidad "étnica"; aunque, eso sí, cuando paso por su lado, los cuatro son gitanos contra mí. Porque la ideologia de la identidad permite todas las fragmentaciones posibles: de nuevo, nuestro Estado, la confusión.

Otro tres, pero esta vez, diferente. Línea 3, la amarilla, estación de Argüelles, dirección Villaverde Alto. Desde dentro, a través de la ventanilla, veo cómo una pareja se despide besándose. Son jóvenes, no llegarán a los 20. Ella entra en el tren, y él sigue por el andén. Lleva un paquete de carteles enrollados y sonríe. Le mira al pasar a su altura, y sonríe aún más. Lleva los carteles como si fueran su hijo, como si fueran un hijo suyo. Agarrados con fuerza, como quien se amarra con sus brazos al dibujo que tiene su propio destino, no sé, algo que está más en el futuro que en el presente...

Alguien había hecho ese rollo de carteles con mucho cuidado, ahora ella los sostiene con suavidad y sonríe cuando el vagón le deja atrás. Por un momento, Dashiell, me gustaría no tener que escribir este post y poder mandarte esa escena, como una postal sobre la esperanza.

Supongo que se dice que, a esa edad, con esos besos en el andén, es muy fácil mantener el entusiasmo, que lo difícil es mantenerla después. Pero no, no es fácil. Cuando rozas con el flequillo los 30 es tan difícil como a los 20, porque siempre es una cuestión de sentido, de que las cosas tengan sentido. Y a los 20 estás rompiendo:

con tu familia,

con tus amigos,

con tus ideas, con las ideas de otros, con las ideas de una conferencia, con ...

sí. Después, empiezas a construir, ya no te vale sólo romper. Y a eso se refieren con que es difícil. Pero construir realidad es igual de difícil que romper, la única diferencia es que a veces rompíamos aparentemente, pero no de verdad; sin embargo, aparentar, ahora, que construyes es mucho más difícil, cuando siempre fue muy fácil aparentar que se rompe. A los 29, ya nada esconde que se trata de un castillo de naipes lo que montas cada noche, escribiendo en un blog, hablando por teléfono, terminando la página de un libro... Sí, es un castillo de naipes, y aspiras a ir sacándole cimientos y cosas así. Pero, el mío al menos, aún es un castillo de naipes y si sales de mi habitación chica dando un portazo, se vendrá melancólicamente abajo.

La confusión contra nosotros, en Armas contra nosotros. A los 20, a los 30, a los 40, ... a los ¡¡80!! La confusión no desaparece, sólo se transforma. Sólo adapta a tus canas la posibilidad de crear nuevas distancias estúpidas, de fragmentar y dividir.

Memoria. Dashiell, me relaciono con la mayoría de las cosas que amo a través de la memoria, supongo que por eso cuento historias. Supongo que ese es mi pivote contra la confusión y por la cordura, o algo que se le parezca mucho. Pero hay un límite, hay un límite a mi salvavidas de recuerdos: cuando lo que haces ya no es actualizar el pasado, tenerlo vivo ahora, sino matar un poco el presente y convertirlo en pasado para poder asimilarlo, para poder relacionarte con él, entonces apesta un poquito el tema. Cuando se pasa ese límite, empieza a apestar un poquito a podrido, a mierdancolías que decía Maniakovski. Memoria + contárselo a Dashiell, por aquello del detective que sale entre medias me lleva, cómo no, a una peli.

Peli para melancólicos, claro, que empieza por el final así que, Dashiell, supongo que no te importa que te la destripe. Memento.

La melancolía es la cualidad de los desesperanzados. Manteniendo la compostura y los modales, hasta podría decirse que es la cualidad de los que no quieren luchar, pero aún no lo saben. Además, y en este mismo tono, existió (y dejó de hacerlo) un poeta granadino que dijo: "las casualidades producen metáforas perfectas". Me uno a este punto y comienzo:

Michèle Barret: teórica que ha situado, entre otras cosas, al feminismo como desestabilizador de "la división binaria moderno/posmoderno": http://www.newleftreview.org/?view=113 Michelle Barret: estrella porno que se ha especializado en la doble penetración. Dice en una entrevista:

"M. Barret: -They are just easy to work with. You can have a laugh with them and as soon as the sex scene begins, it is serious sex. They fuck you hard.

Entrevistador: -Do you like that?

M.B.-Yeah I do.

E.-Manuel and Michael are also pretty big guys.

M.B.-Yes they are.

E.-Big guys and hard sex are OK with you.

M.B.-Oh yeah. Next time I come back to the States I am doing a scene with Mike and Manuel at the same time.

E.-It seems that every English import into porn these days is a beautiful blonde who likes hard sex. Is there a factory over there that churns you out?

M.B.-No, but I think that a lot of the Americans are hot and they bring it out in us"

Michelle y Michèle Barret tienen algo en común: son las dos caras de un mismo nombre, dos formas distintas de hacer exactamente lo mismo: ir más allá de la lógica binaria esperable. Michelle, nuestra actriz, por su parte, en la práctica, pero de una manera muy peculiar: su aparienccia dulce y apacible, su piel blanca y su aspecto tímido, se esmeran con abnegación en la doble penetración, el sexo duro y, nos aclara la wikipedia, cuando participa en el bondage (versión hipercurrada del sadomasoquismo), es sólo ligero.

Será puta demagogia que las compare a las dos simplemente porque tienen el mismo nombre, pero reconóceme, Dashiell, que es para partirse el culo (ejem) el tema. ¿Sabes? en Mandril Capital, las distancias son muy largas, y, cuando no voy haciendo el cabra (y su vertiente fracasada, cabreando a alguien) voy leyendo a gente que trasciende, gente que va muy lejos en sus pensamientos, como Michèle. Y pienso en lo lejos que está todo aquí, en cómo debe ser "ir más lejos" en una ciudad en la que ya todo esté lejos.

De hecho, Dashiell, fíjate, todo el que vaya a leer este post es alguien a quien quiero, mucho, y que, además, está lejos, más lejos aún que la última parada de la línea 1. De hecho, si no fuera por eso, ¿para qué me habría hecho yo un blog?

Parece que todos saben trascender las distancias, las falsas oposiciones, la tímida que no se mete dos pollas, descubre cómo el feminismo le echa el pespunte a la unión entre modernidad y posmodernidad. Y, mientras, una hora para ir y otra para volver de Tetuán.

Hay distancias insalvables. En este blog, dándole candela a "El taxista ful", le terminé dando candela también, un poco por extensión, a un colectivo que se llama "Espai en Blanc", así que, para que sea una de cal y una de arena, cito un parrafito muy hermoso de Marina Garcés:

"Espai en Blanc es el nombre de un proyecto que nació en Barcelona en 2002 con el objetivo, como dijimos entonces, de “hacer de nuevo apasionante el pensamiento”. Apasionante quiere decir que nos vaya la vida en ello y eso ocurre cuando el pensamiento se hace colectivo, afecta nuestra propia manera de vivir y se alza como un desafío a las obviedades sobre las que se asienta nuestra realidad. Un proyecto como éste no podía tener como objetivo la mera producción de un discurso crítico frente al mundo. Desde un inicio nos planteamos la necesidad de experimentar con las condiciones de esta producción: los lugares, relaciones y herramientas de su creación, comunicación, pedagogía e intervención. No sólo queríamos constituir un autor colectivo, sino poner en marcha una verdadera máquina de pensar. Un dispositivo que, alterando los mapas reconocibles de la producción teórica, produjera una nueva politización del pensamiento. La crisis de las formas tradicionales de militancia y de organización políticas han invalidado la vieja idea de que la politización pasa por la conciencia y por la transmisión de un discurso verdadero. En el mundo global todo está a la vista (la injusticia, la mentira, la crueldad, la explotación, etc) y no pasa nada. Desvelar y denunciar tiene valor en el plano de la información pero no en el de la transformación social. El presupuesto ilustrado de la iluminación de las conciencias, retomado después por el movimiento obrero como conciencia de clase, ha perdido así su potencial subversivo." (1)

¿Es muy obvio que se me enbalan las neuronas con la última frase?

Sí, lo que sitúa ahí Marina Garcés es nodal, es la madre del cordero (The Mother Of The Lamb, T.M.O.T.L., de ahora en adelante).

Voy coleccionando palabras que han ido saliendo hasta ahora en lo que llevamos de post: memoria, conciencia, trascendencia, distancias.

"Memento" está lleno de todo eso. Recuerdo cuando la vimos. No sé bien la razón, sé que a Carlos Enríquez se le metió entre ceja y ceja, y que circulaba mucho entre nosotros. Esa película formaba parte del lenguaje colectivo que íbamos construyendo, de nuestras discusiones que, torpemente, íbamos afinando entre mucho movimiento estudiantil, algunos librillos, y la presencia en plan fantasma del movimiento obrero, del que algo habíamos oído pero, ahora, ya no parecía estar por ninguna parte. En ese contexto, una frase de la peli: "disciplina y organización".

Identificábamos nuestra confusión con la del prota, su dificultad para afrontar la realidad y aquella frase que, para distinguirse de alguien que había conocido con su misma dolencia pero que era un auténtico desastre, nos suelta a todos: "disciplina y organización". Las palabras que habríamos dicho nosotros, por nuestro lenguaje, por nuestro contexto de tomos sueltos de obras completas en ediciones españolas que salían de Moscú o Pekín, y encontrabas en librerías de segunda mano o en el trastero del padre de alguien.

Sí, por ahí andaban nuestras palabras clave.


Aclaro brevemente. El protagonista de Memento padece una enfermedad que consiste en la imposibilidad de producir recuerdos nuevos. Todo lo que ocurre, se le olvida a los pocos minutos. Para enfrentarse a la confusión que le produce esto, ha creado un sistema, de ahí lo de "disciplina y organización". Fotografías instantáneas, tatuajes y notas. Así confecciona un guión para no perderse. ¿Qué mantiene todo en movimiento? La venganaza: lo único que recuerda con certeza es el asesinato de su mujer. A lo largo de la película, nuestro héroe va luchando contra el mundo, contra la confusión, tratando de distinguir aliados de traidores. Confía en sus notas y en su intuición.

Lenny, nuestro héroe, irá jugando contra un rompecabezas gracias a que, contra todo, su plan, su vida, tiene sentido. Esa venganza le mantiene en la búsqueda. Supongo que es la confusión, supongo que es la determinación, supongo que es por frases como la de "disciplina y organización" y otras por el estilo, pero, mientras veías esa peli no tenías otra que identificarte. Nosotros, los que por entonces éramos jóvenes comunistas en un mundo que había confrontado el comunismo sobre todo con confusión. Era por entonces cuando empezábamos a desentrañar el misterio del leninismo, ¿qué había sido la URSS?, ¿qué habia pasado en el movimiento obrero?... Los libros funcionaban como nuestros tatuajes. Nuestra fidelidad al acontecimiento conocido como REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DEL 17 era una piedra de anclaje para soportar el huracán de confusión que nos rodeaba.

Pero lo tremendo de Memento es que, como nosotros, descubrimos que se nos habían colado ratas en el barco, que la herramienta que teníamos para mantener nuestra fidelidad, para sostener el sentido de nuestra lucha (los textos), habían sido falsificados.

Lo tremendo y lo genial de Memento es que, y no vamos a decir ni cómo ni cuando porque, Dashiell, en realidad quiero que la veas, Lenny tendrá un momento de decisión. Nosotros, igual que en la peli, descubrimos que alguien nos había cambiado los tatuajes. Sí, lo único en lo que confiábamos por entonces, lo que nos diferenciaba de aquellos que se iban a casa en cuanto apretaba un poco el vendabal, la certeza de un acontecimiento llamado OCTUBRE DEL 17 al que ser fiel, una forma de hacer política a la que ser fiel, habia sido falsificado. ¿Hasta dónde? No lo sabíamos, pero, como Lenny, teníamos dos opciones: readaptar el puzzle para que todo siga funcionando, o empezar a "investigar nuestro propio caso".

Los stalinistas se caracterizan por haber reconfigurado el puzzle muy pronto: los que hablan del horror bajo la URSS es porque se creen las mentiras de la burguesía. No está mal pensado, sabemos que hay historiadores mentirosos, sabemos que los medios mienten, y aquellos años están lo suficientemente lejos como para no tener testigos de primera mano accesibles. Ellos ya encontraron la forma de seguir buscando su John G.

Los trotskistas profundizaron un poco más: efectivamente, existió el horror bajo la URSS, pero si Trotski hubiera tomado el mando, todo habría sido diferente. Es certo, está bien pensado, es creíble, nos permite respetar la mayor parte de nuestros tatuajes diciendo: lo malo que hay en ellos no nos pertenece.

El camino Althusser nos llegó a través de Carlos Enríquez. Juntos comenzamos a investigar, ir a los textos, desentrañar, pero ya desde una perspectiva diferente porque lo primero que apunta Althusser es que podemos encontrarlo todo en Marx, tanto a Stalin como a Lenin, como a Trotski... es decir, el horror viene de dentro. No se trata de mentiras burguesas, no se trata de algo externo, sino de nuestro íntimo alien.

Nosotros encontramos la gran diferencia que hay entre Lenin y Stalin, y cómo este último era un gran falsificador que había reconstruido, para justificarse, todo el comunismo precedente.

Bien. Sin embargo, algo seguía yendo mal. Una vez que no salvamos una parte de nuestros tatuajes, de nuestra literatura, sino que lo sometimos todo a revisión, de alguna forma nos liberamos y tuvimos que enfrentarnos a la realidad. No estoy en condiciones de explicar, aún, cómo fue aquella evolución, pero sí puedo afirmar que, en nombre del leninismo, dejamos de ser leninistas, sin darnos cuenta.

Dashiell, cuando has estado mucho tiempo fuera de casa, de tu hogar, de tu gente, si decides volver, debes estar preparado para encontrarte con algo diferente de lo que dejaste atrás. Porque las cosas y la gente cambia, sí, pero puede que el que haya cambiado seas tú. En el barrio del Zaidín existe un lugar que es mi hogar. Y yo he vuelto a él, a las estanterías de las Obras Completas de Vladimir Ilich Ulianov, alias "Lenny". Cuando ese lugar se convirtió en un lugar silencioso en el que sólo tenia que fregar y leer, y yo friego poco, volví a enfrentarme con el enano calvito con rostor de mongol.

¿Sabes, Dashiell? debo decir que el tipo me cae muy simpático, mucho más que antes, pero yo, en nuestra lucha anti-stalinista, había llegado a algunas conclusiones, a algunas ideas que yo atribuía a un correcto Lennynismo, pero


no es así. Simplemente no es así.

Para nuestro Lenny de Memento hay un momento en que tendrá que quemar una fotografía para que todo funcione, para salvar sus tatuajes. No sé cuántas veces he hecho yo lo mismo, pero el debate Lenin-Gorter...

En mitad de la confusión, donde las grandes palabras, los grandes libros, las grandes consignas... en mitad de las grandes cosas, vas y te cortas con una página de un libro. Un pequeño corte, que no significa nada en la montaña de la Historia Universal, pero que tienes que atender porque pica, porque es profundo. Eso fue para mí Lenin-Gorter, y por ese corte, un libro que para mí fue clave en su día, un libro que defendí absolutamente: "Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", se convirtió en una falacia. Sí, falacia.

El debate Lenin-Gorter se interrumpe. Hay unas frases claves, que no son contestadas: dice Gorter algo así como "los hechos dirán quién de los dos tiene razón".

Los hechos. Hay un amigo, estas cosas pasan porque hay amigos, que me ha regalado un libro que se llama "La noche quedó atrás". Es el relato biográfico directo del debate Lenin-Gorter contado por alguien que hizo lo que "Izquierdismo...", y la III Internacional, decían que había que hacer.

La polémica entre Gorter y Lenny se da respecto a la insurrección armada, el papel de los sindicatos y los consejos de obreros.

http://www.marxists.org/espanol/gorter/1921-marzo.htm

"Ni siquiera sabes quién eres... en quién te has convertido desde... el incidente."

En quién nos hemos convertido. La clave de Memento es que nos coloca a los mierdancólicos, a los perdidos en la fidelidad a un vago recuerdo, frente a la decisión. En Memento, hay un instante en que la realidad, los hechos, te sitúan ante la elección: arrojarte al vacío de incertidumbres, a la fragilidad de los castillos de naipes, o mantenerte en la seguridad de tu puzzle, de las normas de tu juego. La realidad hace que el juego perfectamente cuadrado de notitas y obras completas salten por los aires y, entonces, tienes que elegir.

Lenny confía en su método, en su forma de registrar los acontecimientos que le rodean. Es un sistema pobre y loco, que se desarma, que todos sabemos que se desarma. La película nos muestra que se desarma, pero eso no significa que "nada se pueda hacer", sino todo lo contrario. Pese a lo frágil que es su método de moverse en la confusión: "el mundo no desaparece cuando cierras los ojos".

Ser materialista es no contarse cuentos. Memento añade a esa sentencia que, además, tendrás que elegir entre seguir contándotelos o no. El mundo sigue ahí cuando cerramos los ojos, cuando lo negamos también. La confusión no hace desaparecer el mundo, eso es ser materialista hoy.

Hay un abismo entre tú y yo. Una realidad que fragmentamos, que nos muestran fragmentada, en la que lo colectivo es una impostura que tenemos que meter con calzador, igual que la esperanza. Las distancias infinitas, los lenguajes inaccesibles, creamos jergas, convertimos la teoría en chismorreos para que sólo puedan entenderme algunos. Sí, eso ocurre. Y, sin embargo, "el mundo no desaparece cuando cierras los ojos".

Enganchamos ahora con el texto de Marina Garcés: nuestro mayor enemigo es la confusión, con la confusión es con quien confrontamos, y es por eso por lo que la apuesta ilustrada por decir la Verdad ha perdido todo potencial revolucionario, pues la dificultad no está en construir un discurso sólido, sino en que ese discurso no sea asimilado dentro de la infinidad de discursos asimilados como fragmentos, como identidades separadas. Es decir, de lo que se trata no es de decir la Verdad, sino de que la Verdad no se convierta en una distancia. Nosotros sabemos demasiado de eso. La posibilidad de que mi madre me entienda, me entienda radicalmente, pasa por un encuentro real con ella, un encuentro que haga saltar por los aires las fronteras de confusión, encontrar la forma de apelar al mundo, ese que no desaparece. Pero para eso, nada sirve usar el Discurso contra ella, porque la fragmentación, la confusión, hace que ese sea el mecanismo que nos separa.

Para eso, hay que abandonar la teoría como proclama, y empezar a construir juntos. Llega, siempre llega. Todos tenemos la oportunidad de no quemar la fotografía, de no defender nuestro puzzle, de que la vida nos desmonte las distancias, pero para eso, hay que partir del construir juntos.

Vladimir Lennyn nos enseñó a no rendirnos jamás, a no admitir componendas, a ser intransigentes. Eso es imprescindible para nosotros, porque este mundo está en guerra. Pero él no pudo entender a quienes apelaban a construir juntos un discurso mediocre antes que soltar un discurso perfecto, pero que procede desde arriba. Los comunistas consejistas no querían ni Parlamento ni Sindicato, porque querían hacer las cosas en las fábricas. Como dijo Gorter, los hechos dirán quién estaba acertado, y la respuesta de Lenin fue: ¿que si "masas" y "jefes", que si nada de sindicatos, que si nada de tomar el poder al asalto, es el momento de la Revolución Internacional y ahora me venís con esas?:

"Precisamente la absurda "teoría" de la no participación de los comunistas en los sindicatos reaccionarios demuestra con la mayor evidencia con qué ligereza estos comunistas "de izquierda" consideran la cuestión de la influencia sobre las "masas" y de qué modo abusan de su griterío acerca de las "masas". Para saber ayudar a la "masa", para adquirir su simpatía, su adhesión y su apoyo, no hay que temer las dificultades, las zancadillas, los insultos, los ataques, las persecuciones de los "jefes" (que, siendo oportunistas y socialchovinistas, están en la mayor parte de los casos en relación directa o indirecta con la burguesía y la policía) y trabajar sin falta allí donde estén las masas. Hay que saber hacer toda clase de sacrificios, vencer los mayores obstáculos para entregarse a una propaganda y agitación sistemática, tenaz, perseverante, paciente, precisamente en las instituciones, sociedades, sindicatos, por reaccionarios que sean, donde se halle la masa proletaria o semiproletaria. Y los sindicatos y las cooperativas obreras (estas últimas, por lo menos, en algunos casos) son precisamente las organizaciones donde están las masas." (2)

Lenin, nuestro Lenin, acusa a los comunistas consejistas alemanes de puristas, de que si no son capaces de darle la vuelta a la política burguesa en el seno de los sindicatos reaccionarios, ¿cómo van a hacer la revolución?

Estas eran, para mí, mis fotos quemadas, lo que Lenin nos escamotea en este texto: parece muy lógico pensar que si no puedes cambiar las relaciones de dominación, la política burguesa, los "malos jefes" en el seno de los movimientos, ¿cómo vas a hacerlo en el Estado? Pues bien, sí, es muy lógico si partes de la filosofía de asalto al Poder. Nunca es suficiente, pero que me he quemado las cejas lo suficiente como para retar a quien quiera a que me muestre que la política leninista no se basa, precisamente, en asaltar el Poder, lo cual se convierte, precisamente, en lo antagónico a quienes quieren convertir el proceso en una dialéctica hacia "abajo". Lo que Lenin nos despacha llamando puristas a los comunistas consejistas es que su concepción de la revolución es un aplazamiento, indefinido, de la revolución.

Nos aferramos (¡con tanta uña!) a "El Estado y la revolución", el libro "anarquista" de Lenin, la parte del tatuaje de la que estábamos seguros y con la que pretendendíamos legitimar el resto... pero es imposible. Puedes quemar las fotografías las veces que quieras, defender el circuito de búsqueda y eliminación de John G., pero siempre llegará el día de la elección, ese momento tremendo de la película, que, además, eres incapaz de decir cuántas veces ha sucedido.

La realidad es que, simplemente, no sabemos hacerlo de otro modo. No voy a meter más parrafadas de Lennyn, simplemente, nombrar nuestra desesperanza: llamamos imposible, apelamos a la contingencia, a la lógica de Estado (dialéctica hacia arriba, por el Poder, del movimiento que convierte la Revolución en la zanahoria que hace avanzar al burro, pero imposible de alcanzar), porque, a fin de cuentas, no creemos posible otro método. Pero no se trata de simple desconocimiento, sino de la incapacidad de creerlo posible, y cito un ejemplo: yo, hoy, puedo escribir esto y lo digo desde la certeza de quien sabe que existe un método, existen formas para trabajar desde esa dialéctica hacia abajo, y resolver para siempre la contradicción "jefes" - "masa" sin postergarla, es decir, caminar el camino de resolvela. Sin embargo, sí, he tenido que venirme a Madrid para darme cuenta de eso. Los viajes son largos, y, lo dicho, abres distancias hasta no se sabe dónde para que, al volver, no reconzcas del todo el lugar que llamas "hogar", sí, todo eso está muy bien. Es cierto, vuelves a casa y no es como lo recordabas... ¿quién ponia las inyecciones de insulina realmente? (por decirlo siguiendo la peli). Pero igual que tú has cambiado y ahora encuentras desconciertos, incoherencias y trapos sucios donde antes no los veías, también ahora descubres que, eso que has encontrado tan lejos, eso que tanto te ha abierto la mirada, siempre estuvo a tu lado.

Así, tan simple y tan rotundo. Yo siempre tuve ese método a mi lado: muchos de los que leáis esto sabéis quién es María, y sabéis que la conozco desde hace tiempo y que he hablado de estas cosas con ella, pues bien, el método que he descubierto tan lejos es precisamente el mismo que ella y su organización siempre utilizó y que siempre tuve cerca hasta lo íntimo. La pregunta de ¿cuántas fotografías he quemado? merece detenerse un instante, sí, pero, en realidad, carece de interés si la comparamos con la elección: ¿qué hacer con éstas ahora?, sí, con éstas, con las que tienes entre las manos, ¿volverás por otro John G.?

___________________

(1) "La experiencia del nosotros", Marina Garcés.

http://caosmosis.acracia.net/?p=1240

(2) "La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo", V. I. Lenin

http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/LWC20s.html#s5

viernes, 20 de febrero de 2009

Charlie Babbit y la clase obrera: de "El taxista ful" a "Rain Man".

En "El taxista ful", José Rovira se ha metido en líos. No tiene dinero para mantener a su mujer y a su hijo, no tiene trabajo, así que se dedica a tomar una herramienta el tiempo que no se usa: los taxis. Dice que, cuando puede, deja, al devolver el taxi, también algo de dinero por los gastos...

"Esta sociedad, para vivir en ella, exige un comportamiento adecuado, pero te ofrece una seguridad. Eso... mentira podrida. Te exige un comportamiento adecuado y no te da nada".

Al parecer, Marc entra en la vida de José, aunque no sabemos muy bien cómo. Marc es un guapo treinteañero de precisa dicción, pose apolínea y algunas entradas, una frente despejada y gestos de intelectual pero de los que no te importaría que te hiciera un apañito, de los que el trabajo de mesa no le ha vencido los hombros hacia delante. No queda muy definido el colectivo en el que está organizado, sí sabemos que okupa y que milita en alguna forma, teoría o movimiento tipo estoy-de-vuelta, y nos referimos con ello a afirmaciones del tipo: "una transformación de la sociedad, nosotros no la queremos, ni, posiblemente, se pueda dar en el sentido que queremos, por eso nosotros muchas veces decimos que ya..., que no se puede hacer nada, pero cuando se admite que no se puede hacer nada, entonces se abre un camino...". Esta frase no es del propio Marc, es de un compañero mayor que él, pero me parece definitoria.

Marc y Jose son muy diferentes. Edades diferentes, formación diferente y hasta una lengua diferente. La amistad que se establece entre ambos tiene un origen incierto, ya hemos dicho que no sabemos cómo o por qué Marc llama un día a la puerta de José, pero lo que está claro es que la relación entre ambos es uno de los centros de la película. El colectivo de Marc da asistencia legal a José, que tiene que enfrentarse a la justicia no ya por faltas, como anteriormente, sino acusado ahora de un delito. Se pide cárcel para él. Sale condenado a ingresar en un psiquiátrico (interesante resultado, una vez que se ha seguido una "línea política de defensa", es decir, presentar a José ante los tribunales como un delincuente político, alguien que se ha enfrentado al sistema "no al sistema de los taxis de Barcelona", se aclara, "si no al Sistema, con mayúsculas"). Es necesario aclarar que "El taxista ful" no es un documental, sino un falso documental. Ignoro qué base real tiene, pero sí que podemos decir que se trata de actores aunque, de alguna manera, se juegue a que se representan a sí mismos: un detalle por ejemplo, sus nombres en la película es su nombre real, y pertenecen a un colectivo (Espai en blanc) que es tal cual el de la propia peli. Sin embargo, sabemos que se trata de actores profesionales. Dirás, oh!¡ qué descubrimiento!¡, bueno, sólo digo que la primera vez que la vi yo me creí que, al menos José se interpretaba a sí mismo. Este docu fue un poquito como descubrir a los 28 que los reyes magos no eran los padres:

http://www.youtube.com/watch?v=nV24jYRsj5w

Es por su relación con Marc, que José comienza una aventura con y por el pensamiento de Marc y sus compañeros. Su mujer le ha dejado y se ha llevado a su hijo a Madrid, en su casa le busca la autoridad, y no tiene, por tanto, donde ni cómo vivir. Así que se presenta en casa de Marc. Marc trata de endosárselo a un amigo, que tiene un niño muy majete y enganchado a videojugos educativos (vamos, que de mayor será un figurín: fornido como su padre, que es culto y albañil, y sensible e instruido, al contrario que el hijo de José, que sale a lo kinki con orgullo de padre guerrillero). El amigo no cede porque, dice, "a veces me gusta estar solo", con lo cual la peli ha despachado todas las dificultades que un señor pueda tener para alojar en su casa a otro señor.

Así que se llevan a regañadientes al José a la casa okupa, porque el Marc no puede tenerlo en su propia casa, ya que se va (no se especifica a dónde). Es ahí donde tenemos los refunfunños de José, sobre todo se ve que le toca la moral la vida en la okupa con el tema del agua... eso de tener que ir a por agua a la fuente en el siglo XXI no lo lleva nada bien. Marc, sin embargo, ese yerno que todos los progres quisiéramos para nuestras hijas (y si ellas le rechazan, para nosotros mismos), lo lleva bastante bien. Marc, y todo lo que le rodea, es un ejemplo de "montárselo bien". Ahora, el bueno de José, que ha sido rechazado, despedido del Sistema, le toca empezar.

Y así ocurre. Progresivamente, vemos una aceptación, por parte de José, de las ideas de grupo. Pero no sabría muy bien dónde colocar esta aceptación. Sí es cierto que, ya al final, se marca una intervención una especie de foro:

"Me da asco este mundo, pero lo digo con una sonrisa, para que nadie se piense que estoy amargado porque creo que la rabia y la alegría pueden estar juntas, no hace falta que estén separadas. Y la realidad sigue. Y yo me pregunto si algún día empezaremos a pensar cómo podemos agujerear la realidad, cómo podemos agujerearla".

Esta frase es el culmen descarado de un proceso irreal. Se dice que el roce hace el cariño, sí, pero, ¿de ahí a dónde? Eso es todo lo que tengo que decir, esa pregunta. ¿Es creíble?

Los paseos de Marc con José, y la relación que tiene el grupo con el taxista pirata, es de "espectación". Efectivamente, el obrerito este sabe cosas, tiene esa acento llano (no catalán), y esa forma de plantearlo todo muy pegadito a la vida porque no hay edición impresa de sus pensamientos, sus pensamientos están día sobre día, no negro sobre blanco. Y eso, a nosotros, los progres que tanto leemos, nos gusta. Y, sobre todo, nos gusta cuando José, el amigable hombre de la calle, nos termina dando la razón y es más, cuando le vamos puliendo a ser como nosotros, a entender nuestros lenguajes, nuestras abstracciones.

Dirá José al principio, cuando aún se revuelve un poco contra nosotros: "yo lo que quiero es recomponer mi vida". Y eso, para nosotros, no tiene valor ninguno. José está legitimando con esa frase los valores del Capital, el trabajo, la familia... Está asignándole valor, de nuevo, a aquello de lo que nos hemos deshecho. El Capital crea en nosotros unas espectativas de futuro: lo que hemos de ser, lo que no, etc., y cuando no las cumplimos, nos frustramos. José, ahora, es uno como nosotros: un tipo que, finalmente, no aspira ser nada en la vida. Lo dice literalmente: "un amigo mío decía: quiero vivir hasta que me muera, y si lo piensas, no es ninguna tontería. Entonces, eso es lo que quiero ahora. No el futuro, no me quiero labrar ningún futuro, además, a mi edad, el futuro ya está bastante claro. Pero el tiempo... quiero vivirlo, desde ya, desde ahora. No quiero labrarme un porvenir. Esa ha sido la trampa en la que he vivido hasta hace poco tiempo".

Hemos salvado a José. Aunque después esto se matice y se rebaje en los comentarios de Marc del final de la peli, cuando están ya los créditos, pero es estrictamente eso: le hemos rescatado. Pero ¿y nuestras preguntas? Sólo un cínico puede mirar a José como nosotros le miramos, creyendo que las contradicciones fundamentales, que el "estoy hecho un lío" es algo propio de él, de su forma de vida.

Yo defiendo que "El taxista ful" está hecha para reírse de un obrerete a costa de no mirar nuestras miserias que, esas, esas sí que son difíciles de transformar. Con José, podemos creérnoslo, quisiéramos creérnoslo. De ahí que sea, en mi fantasía, tan importante comprobar si son actores o no. Pero, en definitiva, ¿qué más da? Es una peli que sólo quiere mostrarnos la foto externa de un proceso de reeducación.

¿Había algo de verdad en las posiciones iniciales de José? Nunca lo sabremos, cuando nos soltaba sus verdades, Marc (que somos todos nosotros) a lo sumo que hace es sonreír y cambiar de tema, pero no afectado, sólo dándolo por imposible, por ahora. Por eso sostengo que existe una relación entre la forma en que Marc (nosotros, los progres, los antisistema, los alternativos) miramos a la clase obrera y cómo Charlie Bobbit miraba a su hermano Raymond.

"Rain man" (Barry Levinson, 1988) es la road movie de Charlie Bobbit, que descubre, al ser desheredado por su padre al morir, a su hermano autista, que estaba en una institución cuyo director tendría el fideicomiso de la herencia. Así de sencillo. Charlie, Tom Cruise, es un yupi que quiere la pasta, sí, pero a lo largo de la peli va descubriendo cómo su hermano Raymond, Dustin Hoffman (autista de los llamados inteligentes), tiene enormes posibilidades, es más, descubre que, en el pasado, estuvieron muy unidos. La película se llama "Rain man" porque Raymond cuidaba de Charlie cuando llovía, ya que no le gustaba salir de la casa.

Y lo mejor: para Charlie, se trataba de un amigo imaginario. Pensaba que él mismo había imaginado esto, así se había explicado a sí mismo sus recuerdos pasados, hasta que, descubriendo a Raymond, a través de una foto en la que están juntos de pequeños, cuadra la escena. Todo el proceso de Charlie es mucho más interesante que el de Marc, pues el mundo de yupi sí que está apunto de tambalearse, no como el de nuestro apolíneo héroe barcelonés, que no muestra más fisura que la que, irónicamente, muestra al final diciendo que se sienten ridículos pensando que han cambiado a José. Se sentirán ridículos, pero la cosa es que lo han hecho, en la peli lo han hecho.

Charlie Babbit = Marc Sempere = nosotros.

Raymond = José Rovira = la clase obrera.

Porque los obreros saben cosas, pero nos gusta vivir en la fantasía de que saben lo que nosotros decimos que saben. El sistema aliena, sí, pero nosotros somos la doble alienación.

En el que sí es un docu, cuya dirección del yutúv he pegado antes y en el que sale el propio José Rovira, pero esta vez haciendo de autónomo, no de taxista nocturno, dice que la clase obrera ya no existe. Yo creo que eso es lo que nos gustaría pensar. Porque, obviamente, los trabajadores existen, no hay más que verlos... pero sabemos que la clase obrera es más que eso. Tenemos el recuerdo lejano de alguien que nos hablaba de grandes verdades universales, que nos silbaba La Internacional, que nos hablaba de destruir la explotación. Ahora, como ya nadie lo hace, queremos creer que aquello fue un amigo imaginario. Decimos: la clase obrera no puede existir, porque si existiera, cogería nuestras banderas, sí, esas que tenemos apolillándose en el armario, porque en el fondo de nuestros güetthos (http://www.youtube.com/watch?v=QrTfYItDDwA) autogestionados en la teoría, de retirada en la práctica.

Recuperamos la frase del principio: no se puede cambiar el mundo y, desde ese convencimiento, a ver si nos da por hacer algo... Pues sí, chavales, así va el rollo... pero el problema, broders, es que no quisimos nunca cambiar el mundo, sino que quisimos hacer el mundo a nuestra manera y, como no se deja, como sólo se deja en los docus de mentirijilla, ya no nos lo creemos, ni del mundo, ni de nuestros círculos cerrados, que podemos cerrar más, pero nada. Entonces, efectivamente, una vez que nos convencemos de que no podemos torturar la realidad para forzarla y amoldarla a nuestros aprioris, pues sí, de ahí surgen las posibilidades... pero no de esconderse, sino, al contrario, de lidiar, de verdad, con nuestros amigos imaginarios.

¡Ay!, Dashiell, cómo nos gustan las historias facilonas.

domingo, 8 de febrero de 2009

Jacobinos del cuerpo quieren QUEERerse.

Querido Dashiell Hammet, te escribo de nuevo desafiando la capacidad de todo ser humano de soportar rollazos y, de nuevo, digo, desde la acomplejada posición de alguien que se disculpa por escribir textos largos, aún a sabiendas de que necesita que sean así:


En la revista www.hartza.com hay un interesante intercambio de insultos y amenazas en el terreno de la teoría y la práctica queer, a raíz de un texto de Javier Sáez titulado "El amor es heterosexual"(1). Este texto, y las respuestas al mismo, conforman un entramado muy novedoso y entusiasmante de posiciones políticas respecto a la cuestión de la liberación sexual porque, por primera vez en mi vida veo, de una forma explícita, que se pone sobre la mesa el amor, no ya desde la teoría sino desde prácticas cotidianas.

De una forma u otra, la tradición de la lucha por la liberación sexual ponía en el sexo su objeto, siendo la liberación del amor consecuencia de la sexual. Sin embargo, este debate de Hartza nos pone de manifiesto que existía un punto que no había sido ni aclarado, ni situado, esa cuestión difícil y complicada que vendría a ser el amor.

Una de las claves del texto de Javier Saez es que se respalda en una entrevista a Foucault, "Sexo, Poder y gobierno de la identidad" (2), donde se aboga por la constitución de una realidad, una vida homosexual, frente a una vacía identidad homosexual, no limitarse a una mera demanda de
tolerancia sexual, a ser respetados y reconocidos, sino que los homosexuales comiencen a crear (para más, ver la entrevista a Foucault, que matiza y profundiza la cuestión). Javier Saez recupera este planteamiento y lo aplica a un encuentro feminista porno punk que tuvo lugar en Donosti. En este encuentro, Saez diagnostica una hipervaloración del amor y de la pareja, y podríamos resumir su análisis en dos puntos:

1º. Es un acto de búsqueda del reconocimiento del mundo heterosexual:

"los bollos, las maricas e incluso los trans son mucho mejor digeridos y aceptados cuando tienen pareja (“qué chicos más sanos, ya no son promiscuos”) y sobre todo cuando proclaman “su amor” (“fíjate qué majos, se quieren; son como nosotros”). Como decía Foucault, lo que molesta al poder no son las relaciones homosexuales, sino la amistad (http://www.hartza.com/fuckault.htm ). Es decir, la posibilidad de crear redes de amigos, apoyos, afectos, solidaridades, difíciles de localizar, que escapan al control social y que van más allá del modelo binario individualista o liberal: “pareja- amor- matrimonio”".

2º. Como consecuencia de esto, hace una crítica del amor y denuncia su carácter no sólo heterosexual, sino ampliamente pro-sistema:

"Para mí el amor se basa en la insolidaridad. Me vinculo a una persona, de forma individual, y abandono el resto. La pareja. Dos individuos. Fin del vínculo social. La locura temporal que supone el sentimiento amoroso nos aísla del resto, o en todo caso convierte a la pareja en la prioridad: primero salvo a mi marido, luego ya veremos. Tampoco se recuerda lo cerca que está el amor del odio: cada semana muere en el Estado español una mujer a manos de su marido: “la maté porque la amaba”. La propia Elizabeth
Stephens nos mostraba en el festival una foto de un pezón sujetado por una llave inglesa, y comentaba: “Es una foto del pezón de mi ex. Ahora pienso que debería haber apretado más fuerte”. Parece que la cosa acabó mal entre ellas."

La clave de la argumentación de Saez es que une amor a pareja, siendo, por tanto, las celebraciones del amor una celebración de la pareja. Independientemente de cómo fuera planteado en el encuentro de Donosti, centro de la polémica, Javier Saez vincula al amor como origen de la insolidaridad porque ese amor se da por otra persona, pero sólo por esa otra, y, entonces, separándose del mundo, tenemos cómo el amor no sólo legitima el aparato pareja, sino que lo lleva en su seno. De ahí que haga un elogio de la amistad, en base, de nuevo, a Foucault..

Este texto ha recibido respuestas muy diversas, pueden leerse en la porpia web de Hartza, o en los comentarios que recibe el artículo en Dos manzanas. De ellas, la que destaco es la de Virgine Despentes (3), por varias razones:

1º. Explicita una defensa de la pareja como estructura que puede llegar a permitir la misma superviviencia, por una cuestión directamente económica: por sus propios medios, Annie Sprinkle no habría podido acceder al tratamiento contra el cáncer que finalmente le ha curado, si no fuera por la Seguridad Social de su compañera Beth.

2º. Explicita una defensa de la pareja como estructura que fortalece una posición política por el hecho de presentarse como pareja que se sale de la norma heterocéntrica:
"Cuando me presento en público con Beatriz, sé que nos defendemos y somos más fuertes por el simple hecho de ser dos, presentamos un modo de supervivencia emocional y económica fuera de la heterosexualidad."

3º. Añade: "Y no me parece que nuestra posibilidad de amor se reduzca tan sólo a nosotras, me parece que en estos 4 días [se refiere al encuentro de Donosti] hemos querido a mucha gente. Al final, amar es siempre un esfuerzo, un riesgo vital, pero odiar es la fuerza propia del capitalismo, el impulso más fácil, caótico y natural, el más destructivo, que puede conducir al éxito o al poder, pero que nunca te llevará muy lejos en términos de subversión. Quizás la utopía del amor sea lo único que justifique hacer política, arte o escritura."

4º Defiende el encuentro de Donosti (centro de la polémica) en base a que, además, lo que dice haber visto Javier Saez en el encuentro es un acto de re-escritura:
"Lo que tú haces se llama un esfuerzo de re-escritura : en este seminario no has visto perras, ni chicos con coño follando de la manera más brutal y tierna, has visto parejas de adultas. Que tú no quieras verlo no significa no haya ocurrido algo excepcional. Que prefieras pensar que has visto parejas de adultas y adultos enamorados es tu problema. El hecho de que esta nueva clase de activistas sexuales reúna a parejas vestidas y desnudas para hacer sexo con otras no me ha parecido sin interés. Al contrario, se trata de una reconciliación que merecíamos desde hace siglos, reconciliación de la puta y la tierna."




Creo que el texto de Javier Saez, recupera de Foucault el esfuerzo de la crítica a las políticas de la identidad, y, por cómo responde no sólo Despentes, parece una crítica muy necesaria. Sin embargo, querría centrarme en otro aspecto. Dice Despentes a Saez: "que prefieras pensar que has visto parejas de adultas y adultos enamorados es tu problema". Esto, de repente, me chocó. Lo retomaremos más tarde.

La carta de Javier Saez relaciona amor e insolidaridad, amor de pareja e insolidaridad, y ahora, Virgine Despentes, a la defensiva, reivindica que lo que el otro quería ver eran "parejas adultas", pero que, para nada, para nada.

Bueno, de nuevo vistazo al yo-tuve:

http://www.youtube.com/watch?v=e-G2rvgA0Ic

Lo primero, advertir que es casi seguro que ese tipo exagera su acento para salir por la tele. Lo segundo, que, en la ruptura con las construcciones políticas del sexo, en la ruptura con cómo se ha normalizado que existen "hombres" y "mujeres" (y de ahí uniones mujer-mujer, hombre-mujer, hombre-hombre), el movimiento Queer, y Beatriz Preciado, han atacado el establecimiento del sexo como algo natural. Es decir, nuestro sistema político-económico pretende apoyarse en postulados científicos (como la genética) para argumentar la división social entre hombres y mujeres, sin embargo, la propia Preciado y otros, ya han puesto sobre la mesa el hecho de que la ciencia tiende a encontrar lo que busca, es decir, se produce a sí misma mientras no salga de su propio horizonte epistemológico, de las relaciones sociales del sistema político y social que han constituido dicho horizonte. Esta crítica a la ciencia ha sido desarrollada brillantemente por los Monty Python, visionarios de todo el conocimiento humano:

http://www.youtube.com/watch?v=ce4patrVAqA

Si partes de que los pingüinos parten la pana, llegarás, tras un excelente ejercicio de rigor científico, a demostrar que, efectivamente, los pingüinos parten la pana. Si las relaciones sociales dominantes que dan lugar al discurso científico dicen que existen los hombres y las mujeres, y que uno es una cosa y la otra, otra, pues, al final, tras inmensos estudios, tendremos, efectivamente, eso. Es decir, el discurso científico no es garantía de conocer lo "natural", ni de lo objetivo. Por tanto, si el Estado administra una gran cantidad de estrógenos (las llamadas hormonas femeninas) a las que considera mujeres, dentro del dispositivo de control social que es la construcción que es la identidad sexual; como acto de "empoderamiento", utiliza Preciado ese término, vemos cómo se administra, y también al miedica del Jodorosky, testosterona en gel. Se trata de todo un acto de conquista del Poder: lo que se les niega a las mujeres, se les puede poner al alcance para que, libremente, experimenten en su cuerpo, tengan acceso a ese poder bajo la forma de molécula.

Vamos a contraponer este acto de Beatriz Preciado a otro acto. Existe una película titulada XXY (Lucía Puenzo, 2007). Relata la historia de Álex, hermafrodita (aunque el término para humanos correcto es intersexual pues no se conocen casos que reúnan en un mismo cuerpo todo el aparato reproductor y que funcione, tanto masculino como femenino, sino que se dan casos, más de los que pareciera, de tener los órganos, es decir, pene y vagina) que ha nacido con los dos órganos genitales, y los conflictos que sufre por ello. Esta película habla de muchas muchas cosas, desde la educación/protección de los hijos por parte de los padres, hasta la exploración sexual y la búsqueda de la identidad. Pero es en este punto donde nos interesa el acto rebelde de Álex: no se está tomando los corticoides que se le suministra para evitar que le aparezca barba. Este acto de rebeldía de Álex lo contraponemos al de Beatriz Preciado porque son de naturaleza muy distinta: el primero es la renuncia a la asignación de sexo que el aparato familiar-institucional ejerce, y el segundo es la conquista del Poder que hay tras ese mismo aparato.

Son dos posiciones políticas totalmente contrapuestas. Rechazar o tomar. El acto en sí de Preciado (no nos referimos aquí al conjunto de sus obras) es un emblema para algo que podríamos llamar política jacobina en materia sexual. Me explico, todo planteamiento político revolucionario tiene que definirse, antes o después, por una forma de afrontar el Poder al que se enfrenta: o bien tratar de derrocarlo, o bien convertirlo en inválido. Entendemos como política jacobina a aquella propuesta revolucionaria que apuesta por la toma del Poder para poder llevar a cabo la revolución, y que resuelve el conflicto entre ambas cuestiones del lado de la toma del Poder. La política contraria, desarrollada por la filosofía de la no-violencia, deslegitima totalmente el poder, lo convierte en un hueco desde la desobediencia. Se dirá: la conquista del poder entraña también una forma de desobediencia y, al contrario, también la no-violencia conlleva una conquista del poder... bueno, estas cuestiones son muy largas de matizar, y tampoco soy yo precisamente el más adecuado para hacerlo pues es muy recientemente cuando empiezo a hacercarme conscientemente a la filosofía que entraña la no-violencia. Nos quedaremos ahora con el hecho de que todo movimiento tiene que dialogar y resolver esta cuestión, jacobinismo/no-violencia.

La revolución de Álex, su desobediencia, conlleva empezar de cero, el punto cero desde el que las referencias y las seguridades que ofrece el Estado no existen. Sólo dispone de sus propios medios, su propia materialidad. En lugar de aspirar a las realidades que emanan del Poder, Álex ha de enfrentarse a su cuerpo no catalogado, su deseo no catalogado, a... a "recorrer por ella misma su camino" (Ana Alguacil dixit). Convertir esta batalla en una batalla que se juega en tu campo, con tu cuerpo. Y la práctica de Preciado, pese a que también podría considerarse, a primera vista, entrar en un propio camino, es, en realidad, el camino del Poder. La revolución desde abajo, frente a lo que llamamos jacobinismo del cuerpo, no busca el cambio a través de las posibilidades que tiene el Poder, sino traajando a favor de las posibilidades que tenemos todos, y que no hemos descubierto.

Ahora, en otro giro, quiero contraponer lo dicho sobre XXY al cine pornográfico. La lógica de la relación sexual del porno convencional es un guión, la coreografía programada de dos cuerpos, que se relacionan el uno con el otro sin atender a lo que son por sí mismos sino, al contrario, obedecer un guionaje confeccionado para la lógica del espectador. La crítica feminista ha dicho que la pornografía es la teoría y la violación es la práctica, es interesante esta sentencia. De alguna forma, el triunfo de la pornografía es lo "sencillo" que resulta el sexo, es pura fantasía, despegue de la realidad y, en lugar de obedecer a la materialidad de los cuerpos, de descubrir qué son, cómo respiran, cómo laten, ... al contrario, imponer sobre ellos unas pautas guionadas, una coreografía fantasma, pues eso es cualquier cosa menos sexo, ya que está más cerca de la sardana o la jota aragonesa, que de unas personas descubriéndose unas a otras. Miento, en realidad en la sardana encontramos todo un ejercicio de ir juntos, de seguirse unos a otros, que le da un millón de voltios a la pornografía, a los hechos me remito:

http://www.youtube.com/watch?v=slnGYnt4sXY&feature=PlayList&p=8A6A1FF306FE2D4D&playnext=1&index=4

Por tanto, una nueva propuesta en positivo y esta vez no tan peliculera: si no tienes con quién practicar horizontalidad, baila la sardana, que también es revolucionaria. Vamos a decir: encuentro. Vamos a decir: desobedece todos tus supuestos instintos que te llevan a ir tan deprisa, sobrevolando el cuerpo del otro, a no insertarte en esta realidad que es tu cuerpo, que es el cuerpo de otro. Vamos a decir: deja de jugar a las pelis porno. Vamos a decir: respirar juntos es abrir la posibilidad del amor, y de la revolución. Vamos a decir: desobedece al aparato, busca la forma de empezar de cero.

Vamos a decir: hablamos mucho del sexo, pero nunca hablamos del amor. Y eso es lo que me parecía más interesante de este debate (¿recuerdas, hace mes y medio, cuando comenzaste a leer este post?) porque, por fin, aparecía el amor. Hará, pronto, un año que terminé un trabajo para Mr. Estrada (peazo profe) sobre la pornografía, en el que me propuse afrontar la cuestión del sexo... y ni siquiera se me ocurrió tocar lo del amor... claro, como Lacan nos había dicho que no podíamos decir nada de él... pues nada, callaíto como perro, guardando(me) el secreto.

Javier Saez ataca el amor por ser insolidario, pero en realidad, quiere atacar la institución pareja como instrumento que pueda sacarte del mundo. Virgine Despentes quiere pasar a la defensiva, y reivindica el amor, pero no termina de hacerlo con contundencia, y termina llevándolo a... "has visto adultos amándose porque los has querido ver". Es muy curioso, esta propaganda proadolescente. Se espera, precisamente de los adultos, que tengan la paciencia de encontrarse y profundizar en sus relaciones, superando las instantáneas-juveniles. He ahí la contradicción por la que el discurso de Despentes no puede desmontar la carta de Saez: amo aquí, amo contigo, busco tu cuerpo tal cual, dejar que surja la conexión, el encuentro que, sin hacer desaparecer ninguna asimetría, sin anularlas existe como tal, como un animalillo, el encuentro se convierte en un animalillo, en un ser por sí mismo, aparece una nueva respiración, una nueva realidad que, políticamente, es lo más cercano que podemos estar de una verdadera experiencia de base; pero Despentes termina hablando de hechos consumados como "lo que representamos juntas" o los beneficios de la Seguridad Social, es decir, que la pareja les permite conquistar Poder. Poder de Resistencia, sí, pero no desobediente. He ahí el salto fantasma entre el amor y la pareja: no pensamos en el amor porque pensamos en defendernos del Poder y conquistarlo (para lo que necesitamos más que nada el aparato-pareja), y no en desobedecerlo (el amor).

Estamos con Javier Saez en denunciar la "retórica del amor", pero no deshacernos del amor, la única puerta a la revolución en todo esto. Estamos por un amor desobediente, que parte de la respiración, las ideas y los temblores propios y ajenos, y que no sólo no se contradice con el crecimiento de nuevas redes de relaciones sino que, al contrario, es su motor. ¿A caso no es este el único modo de superar el binomio homosexual/heterosexual y, por tanto, las políticas identitarias que, al fin y al cabo, no hacen más que reforzar la estructura? ¿no es esta la única forma de encontrar nuevos caminos, pero que no sean impuestos desde nuestras intelectualidades a la realidad, sino desde los hechos, desde las realidades, desde las caricias por sí mismas?

Y me veo obligado por los hechos a añadir que los Monty Python también habían hablado ya de esto:

http://www.youtube.com/watch?v=xhJHNzy7u2A&NR=1




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(1) http://www.hartza.com/amorhetero.htm

http://www.dosmanzanas.com/index.php/archives/5544

(2) http://www.hartza.com/fuckault.htm

(3) http://www.hartza.com/virginierespuesta.htm

lunes, 2 de febrero de 2009

ex-Comunistas.

- Uno no se cura de nada en esta vida, amigo mío. - Responde Gabriel Albiac a un entrevistador que, moviéndose a cámara lenta como si navegara sobre el tiempo y el espacio, le ha preguntado si aún está atrapado en esa enfermedad conocida vulgarmente como "marxismo".

http://www.youtube.com/watch?v=gyOK2BC72KU



El programa se llama Contemporáneos, es de la cadena Libertad Digital y revisa la personalidad de diferentes héroes para el pensamiento liberal español de hoy día, que van desfilando mostrando, hasta donde el pudor correctamente entendido lo permite, su intimidad y biografía: es decir, hasta un elegante sofá de la sala de estar, o la poblada biblioteca de un piso abuhardillado del centro de Madrid.

Le tocó a Gabriel Albiac, que en los últimos años ha sufrido un "giro" (así lo denomina la wikipedia) que le ha hecho dejar de ser amigo de Felix Guattari y Toni Negri, para serlo de Federico Jiménez los Santos. No es un caso aislado, pues lo más sólido del pensamiento y propaganda pro sistema hoy día en nuestro país viene de las filas de los ex, incluyendo al propio Jiménez los Santos.



Sin embargo, me pregunto si son "traidores". Para ser traidor, hay que serlo respecto de "algo".
Al respecto de este tema, Dashiell, te comento de forma clara e inequívoca: mi madre es la más guapa de toda la red Indymedia. Y mi padre también, si no se me pareciera tanto. La traición es un lujo que sólo pueden permitirse las élites.

Las élites pueden dedicar lo que les quede de respiración a publicar ensayos como "El biopoder en el L. casei inmunitas", o "Dormir es mi experiencia de horizontalidad organizativa preferida", pero hay quien no. Los "giros" son posibles para algunos, pero no caben entre ceja y ceja para otros. Sí, Dashiell, esta carta será otro post aburridísimo hiperlargo en el que me consuelo a mí mismo en el viejo combate base vs. dirección.

La opción de traicionar, de despegarte, y de hacerlo de forma natural, como una "evolución del pensamiento" es propio de quien no tiene unido su pensamiento a la vida. Señor Hammet, usted sabe usar armas cortas de fuego, y le pido que las use si lo viese necesario, o que mande a David Molinilla si su función de amigo imaginario a mis 28 años no le permite ejecutarme con contundencia. David lo hará sin dudar, o en eso confío. Y la razón por la que le pido que sentencie contra mí es que, desde luego, yo puedo hacer despegar cual defectuoso aeroplano español mi pensamiento de mi vida, y quiero tranquilizar mi conciencia sabiendo que hay quien, llegado el momento, me ajustará las cuentas. Yo me puedo dejar llevar a la élite. Muchos (iba a decir todos, pero no es cierto, no todos) podemos.

Ya hicimos referencia al libro recientemente establecido por A. A. Coterillo "Pequeño panteón portátil". En él, se hace una semblanza de diferentes filósofos, desde una superficialidad declarada, y complaciente: grandes hombres de pensamiento que compartieron sillón académico y trifulcas sesentaiochescas contra un joven que ya era anciano entonces (igual de joven que es ahora ya anciano) conocido como Alain Badiou. A todos les da permiso de "descanse en paz", a todos... pero este post pasará a la historia de los post que no pasan a la historia como el post que peor utilizó la expresión "todos". Porque, hacia casi la mitad del libro, abre un paréntesis entre tanto buen rollo de funeral, cambia totalmente de lenguaje, se convierte en pesado, en cuidadoso, buscando el rigor, a la pesadez de la filosofía erudita, a las parrafadas y al comentario. Entre otros dos muertos, da igual quienes, Badiou sitúa a Louis Althusser.

Alain Badiou, incapaz de reconciliarse en vida con muchos, lo hace con todos en la tumba. Con todos, menos con uno. Ni una sola componenda de funeral, a Althusser no lo trata como a un muerto. El viejo Badiou se despide, de alguna manera, despidiendo, sí, a todos, menos a uno. Al único no muerto de ellos.

Althusser se significó como aquel que sí se mantuvo en el PCF (siendo el que más claramente lo radiografió), aquel que recuperó a Lenin para la filosofía (!¡), se declaró marxista-leninista, aún se posicionó con los marxistas de la oposición en los países socialistas y, después, renunció a todo menos a Mary Burns, saltó, aparentemente, de aquí para allá, como psicótico merecido, eso quisieron hacernos ver. A ese muerto es al que, el último vivo, Badiou, se niega a honrrarle el funeral. Aún quedan cuentas que ajustar con Louis Althusser para dar paso a las palabras bonitas. El affaire Althusser no está cerrado.

Y yo amo a Alain Badiou por ello.

La paz interior de los viejos. Recuerdo a mi abuelo Ricardo así. Pelo cano, y sonrisa. Manos gruesas por el trabajo, y movimientos apacibles, como si pudiera realmente dar por completo cada gesto. Sí. Y, así, el fantasma, su fantasma, que también es el fantasma de este país, el que los libros de historia reflejan como 1936-1939, gritaba en su interior. A veces oscuro, otras veces salvaje-muerde-labios, la plenitud no está reñida con el conflicto. Al contrario, el conflicto permite la plenitud, y ésta es sólo una forma definitiva de abordar aquel. Badiou, el "filósofo", es también el "abuelo" en ese sentido. Y como viejo, mira al mundo y trata a Althusser no como un hombre (cualquiera puede amar al hombre si no es necio del todo), sino como un texto.

Albiac, sin embargo, sí le trata (a Althusser), en la entrevista a la que hicimos referencia al principio, como un muerto.

Sí, algunos tienen la posibilidad de seguir leyendo, de compartir debates, de que la perfecta lógica académica marque sus derroteros intelectuales, y que los planes de estudios de algún departamento de filosofía lo sufran.

Louis Althusser tiene unas líneas, que pueden leerse en "Marx dentro de sus límites" que se titulan "El marxismo es interior al movimiento obrero". En ellas, junto con su librito (mucho anterior: es absurda la distinción entre los 2 Althusser, fórmula con la que se le hace pagar, injustamente, su distinción de 2 Marx, pues la posición militante enhebra todos sus textos desde el principio hasta el final) "La revolución teórica de Marx", nos cuenta la historia de un joven intelectual que, al integrarse en el movimiento obrero, dejó de ser un intelectual al servicio de los debates filosóficos de su tiempo, para que apareciera el marxismo. Es decir, al principio, tenemos al buen Karl Marx, un filósofo, recien salido de la universidad y que hace honor a ella, debatiendo con Hegel, Feuerbach, etc. Son los tiempos de la viejita que recoge leña en el valle del Mosela. Después tendremos a este sujeto, que introducido en los grupos revolucionarios del París de por entonces, relación "formalizada" con la redacción, junto a Engels, del "Manifiesto Comunista" en 1848. Para entonces, Marx dejará de ser un sujeto cuyo pensamiento sobrevuela el mundo, sino que se integra en él del lado de quienes luchan por revolucionarlo. Sitúa Althusser aquí el comienzo del marxismo (y por tanto, es interno al movimiento obrero), pues Marx ya no es un "pensador", sino que su posición activa es la que marca la evolución de su pensamiento, sus peleas a ostias y sus encuentros. El marxismo aparece cuando la obra de Marx deja de pertenecer al propio Marx. Y todo esto es situado en la obra de Althusser, y lanzado hacia los militantes comunistas, que recibían a Karl Marx como un catecismo, como algo terminado. El filósofo Althusser habla de epistemología: hasta que no desapareció (o entró en crisis) el pensador que volaba "libre", no teníamos más que a un joven filósofo, más o menos original, pero que, al fin y al cabo, sólo repetía el esquema ideológico del pensamiento académico de su tiempo. Porque una persona llamada Karl Marx renunció a esa posición, y se integró en la materialidad, en lo concreto, en el universo "restringido" del movimiento obrero, no pudo "ver" más allá de los paradigmas de la filosofía de la que provenía. Marx es apenas un comienzo, pero también es un ejemplo. Marx dejó de volar libre para bregar pesadamente por un extenso desierto, en le que cualquier evolución, cualquier proposición, no vale.

Althusser va a superar, de la forma más sencilla posible, todo el debate abierto hasta el momento, respecto a la posición de los comunistas respecto al movimiento obrero: autonomía, vanguardismo, antisindicalismo, anarcosindicalismo, etc. Sólo formar parte de él. Formar parte de su lucha. El movimiento obrero existe antes que los filósofos marxistas, antes que las organizaciones revolucionarias o reformistas, antes que cualquier interpretación, más o menos fundamentada. El movimiento obrero existe porque existen personas, seres humanos, bajo las relaciones de explotación y dominio, relaciones que son de Capital-Estado, que construyen su vida. El movimiento obrero existe porque has aborrecido la "música" de tu despertador, por el desfile de caras desgastadas del que participas tras cada jornada volviendo a casa, porque esas caras existen, y porque se encuentran. Y porque ese encuentro existe, todo lo que atrapa no tiene otra que redefinirse. El marxismo es una consecuencia más del movimiento obrero, es su folleteo con una filosofía.

Volviendo a atrás, sólo algunos pueden permitirse sus "giros" de pensamiento. Implica que pueden despegarse, subir al ático, y permitir que todo les cuadre. Quedarse con la amistad y la libertad. Es la filosofía de huir del encuentro, de maquillar la huida, y, desde luego, puede hacerse en nombre del marxismo, por supuestísisisisisimo, de hecho, si se hace en base a una supuesta lógica interna del marxismo. De hecho, este es el método más eficaz: desaparecer del encuentro en nombre del rigor marxista.

Y, en este panorama, ¿puede sencillamente hablarse de ex-comunistas? ¿es el comunismo el punto de referencia desde el que medimos las distancias, lo lejos que se han ido los compañeros, o cómo se han acercado, o..., o no los compañeros, sino nosotros, y de ayer para hoy?

La dificultad para simbolizar nuestra angustia lleva a la depresión, la personalización de dicha angustia, su psicologización, impidiéndonos ver cuánto de político hay en ella, y cuánto de posibilidad activa para atajar sus causas tenemos en nuestras manos y las de nuestros compañeros. Creo que muchos hemos utilizado en el pasado, o seguimos haciéndolo en el presente, al comunismo como un placebo para pasar por encima de esa angustia, de esa dificultad para simbolizarla. De la expresión "yo soy comunista", pronunciada hoy en día, hay mucho de "aún mucho se puede hacer", sin duda, pero también hay mucho de miedo a plantearse lo que el viejo-joven Badiou situó en "De un desastre oscuro": qué más da que las ratas se hayan apoderado de la palabra, el punto de discusión no está en el Comunismo, está en un lugar completamente otro, pues estamos ante "el fin de la verdad de Estado".

La angustia de poder explicar el ciclo completo, en su forma ampliada, del Capital, y no ser capaz de hacer nada, absolutamente nada, con la cara que me mira, de frente, en el Metro, o a mi lado en la parada de bus, o al otro lado de un apretón de manos, o ante un beso de alguien que no conoces, o el beso de alguien a quien sí conoces, o alguien a quien intuyes que amas, o alguien que sabes que amas. O alguien de quien no querrías volver a separarte jamás, y sin embargo, no puedes evitarlo, ni decírselo.

"Hombres es lo que sois", cuando Bill Quint amaba a Dinah Brand.

En resumen (atrevida palabra ante semejante amalgama), salgamos al encuentro de los hechos. Subamos al "tren en marcha", afrontemos los hechos por sí mismos, nuestra incapacidad ante ellos. Empecemos por los pasos pequeños, dejémonos hacer por la materialidad de las cosas, que la teoría no sea un prejuicio. Luchemos y fracasemos primero, aprendamos, construyamos, a pasitos, nuestra estrategia, que de ahí salga, de forma natural, nuestra teoría y nuestra organización. Todo aparato, que pretenda justificarse a sí mismo, pertenece al Estado. Militar en la realidad, asumir cada uno de sus retos, cada uno de ellos, sin imponerle nuestras premisas, sin utilizarla para demostrar nuestras tesis. Y, en ella, encontrarla. Todo aparato que pretenda justificarse por sí mismo, sea horizontal o vertical, pertenece al Estado. Todo aparato, teórico u organizativo, que exista como a priori, que sea dado, niega la liberación del encuentro. Todo aparato de Estado es una máquina de fantasmas. Lenguajes fantasmas, militantes fantasmas, colectivos fantasmas... Si el rigor intelectual es lo que te lleva al marxismo, ese rigor te llevará a donde tenga que llevarte, como siempre, al rigor mortis. Sé fiel a cosas pequeñas que puedas descubrir por primera vez. Hammet, fidelidad a las pistas, a los hechos. Todo aparato que separa de lo pequeño, de lo cotidiano, que pretende obviarlo para afrontar sólo lo global, es una trampa para aprendices de pajarraco.

Nenas, es el momento de liarla. Despacito, paso a paso, desde la materialidad, para hacer explotar los acontecimientos.

Es el momento de.

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