domingo, 25 de enero de 2009

Demócrito y el transporte público.

Querido Dashiell Hammet, hoy aceptamos peticiones,

o debería decir Peter Collinson, Daghull Hammett, Samuel Dashiell o Mary Jane Hammett. Todos tenemos nuestros "alias". Quise encabezar esta pila de cartas con una pequeña selección de los míos, dejando de lado algunos que me reservo para los que los crearon o los entienden, a modo de pequeño homenage.

Pero una cosa son los "alias" y otra cosa son los "personajes". El "alias" es una tapadera, el "personaje" es lo contrario, la destapadera. Los que juegan a confundir, en la práctica, lo uno con lo otro... bueno, supongo que hay veces en que queremos ser otra persona, la persona que, en medio de la humareda de conversación de bar sí que diría algo que hiciera girar las miradas hacia él, o quien sí que conquistaría la atención momentánea o la genitalidad, de alguien que espera. Llevar tu "alias" a tu cuerpo, es un juego narcisista muy viejo, que pretende esconder, a menudo, la distancia que existe entre lo que somos y lo que deseamos, lo que deseamos realmente y lo que desearíamos desear, lo que desearíamos desear y lo que queremos que piensen que deseamos.

"Personaje" tiene poco que ver con eso, es más bien, todo lo contrario. Fíjate que estoy dando por sentado que existe algo que es lo que "somos". Con eso me refiero a nuestra forma, la forma que tiene cada uno, de ser incompleto y atravesado, otro día discutiremos sobre eso más detenidamente.

La realidad es que esconder tus propias miserias, tu imperio de basura, como dice la canción, es, en la práctica y, como mínimo, a la larga, algo carente de interés, cuando no definitivamente hilarante, id est, una tonteria como de aquí a Maracena (y que conste que lo digo desde un lugar que está aún más lejos de Maracena). La forma en que organizas tu basura, el lugar en el que la colocas, define tu forma de comunicar, de encontrar a una mujer de unos 70 años en el Metro con un enorme bolso pop, y comenzar una conversación con: "bonita forma de llevar las llaves". Puedes taparla, y dejarla detrás, buscando que nadie la vea, sudando ante la sola idea de que, pese a que la escondes, se huele. Puedes ponerla delante, no permitir que se vea otra cosa, no permitir que se hable de otra cosa, desfallecer ante su presencia. Puedes llevarla debajo del hombro, la forma más fácil de transportarla, la forma más fácil de seguir caminando, la forma más fácil de hacer alguna que otra referencia a ella, sin que se convierta en el centro del universo ni en un agujero negro.

La forma en que haces eso es construir un "personaje" y, tiene como característica que no podrás mantenerlo mucho rato, más bien, al contrario. Tiene su lógica, su momento, fuera de ahí, tú mismo buscarás otra manera.

Bien, en una lluvia de átomos paralelos en la que circulamos, sin mayor sentido que la propia circulación, es posible jugar al billar. Desviación en el origen, y rebotar. Introducir un pequeño ángulo, en una lluvia de personas que discurren paralelas, sin encontrarse, basta introducir una pequeña desviación, un pequeño giro, para que caigas sobre ellas, para que rebote, para que las carambolas se sucedan, una tras otra. Sencillo, inesperado e incontrolable.

Spinoza destripando a Demócrito, y Althusser organizándolo todo. O la primera conversación de un detective privado revienta huelgas, con un obrero, el día en que el primero ya sólo cobraba por hacerlo, sin hacerlo, y el segundo no lo sabía. Yo te imagino así. Sólo chocar, inesperadamente.

Aclarar la voz, no esconder la mirada, invadir con mis brazos el asiento que nos separa, y no eludir la vergüenza que te da hacerlo, aún partiendo de que no pasa absolutamente nada. Bajo tierra, una desconocida puede mirarte a los ojos, y hablar de algo intrascendente, de un bolso negro con chapitas, de qué raro es estar bajo tierra y cómo ya no reparamos en ello, de cuánto de lejos están sus hijos (aunque ya son mayores y no quiere meterse en sus vidas y...), encuentro. Ahora, tú eres un hijo que está lejos, y sabes lo que significa. Destapado, has arriesgado para que esto ocurriera sin saber qué era.

Parada de Príncipe Pío, "es mi parada", pero podría durar horas, o no, o de lo que se trata es de haber-quedado-enganchados. Todo el mundo puede, y buscaré cualquier excusa para repetir esto.

Dashiell, hasta la próxima.

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