lunes, 16 de mayo de 2011

Strauss-Kahn, el Proyecto Gran Simio y los derechos laborales.




Dashi, hoy nos hemos levantado con sonrisa de democracia occidental.

Dominique Strauss-Kahn, presidente del FMI, ha tratado de beneficiarse por la fuerza (es decir, sin reconocer a la burocracia administrativa de su país para que medie) a la limpiadora del hotel, de origen africano, que iba a adecentarle la habitación. Pero ella ha podido huir y parece que le van a meter mano... pero a él.

Por supuesto, ya no hay que hablar de juicios paralelos, porque el juicio ya pasó, ahora ya es culpable. Poder, dinero y muchas mujeres, ¿a caso no sueñas tú lo mismo? Durante la campaña mediática sobre los escándalos de Berlusconi, muchos tachaban a los críticos con el acartonado primer ministro italiano (que al menos a mí me recuerda a Steven Seagal mezclado con Lex Luthor) de envidiosos, y parece que a eso no les responde nadie. Es decir, sí: existen los malos, los con dinero, los con tías, los con puedohacerloquemesalgadelglandemayor, y existen los buenos, los sin dinero, los con gafas, los con sólopuedohacerloquemesalgadelpitorrillo (ver post anterior, anda). Es decir, es culpable, sabemos que es culpable, porque haríamos exactamente lo mismo en su lugar, o, al menos, fantaseamos con cosas parecidas. (No dejo de darle vueltas al nombre del hotel en el que estaban: Sofitel Luxury Hotels: lujo-lujuria y una pava rubia para anunciar suites).



Sí, sí, sí, me he pasado. Pero reconóceme, al menos, que lo has pensado.

Bueno. Ese tío es un cabrón. Qué malo es. Venga, a la cárcel por agresión sexual a una mujer de origen africano.

Moraleja: si violas a todas las mujeres, hombres y niños de un continente de origen africano (asiático, americano, ...), que no se te ocurra violar a una sola, que entonces, se te cae el pelo.

Qué sería de la vida sin estos pequeños aprendizajes sobre el orden mundial... en fin, Serafín.

Pero no se preocupen ustedes, lectores que cuento por millones, hay otras cosas que importan más que los niños de Sierra Leona (por poner un ejemplo, allá donde cayera, sobre el mapa, mi dedo): un mono atropomorfo de Sierra Leona, ¿lo flipas?, ¿no? Será porque eres biólogo o algo.

Proyecto Gran Simio: "La idea consiste básicamente, en otorgar parte de los derechos básicos de los que, actualmente solo gozan los seres humanos: el derecho a la vida, a la libertad y a no ser maltratados ni física ni psicolócamente" a monos grandes que se parecen a nosotros porque te miran y te pones tiernecito con ellos. A mí me surgen así, a bote pronto, dos cosas (también llamadas ideas):
- ¿Tenemos que dar derechos -entinéndase: leyes- para tratar bien a algo? ¿Y si tratamos de respetar a los Grandes Simios yendo contra las causas de su destrucción y no tratando de conservarlos como si fueran piezas de museo a través de decretos? Ah, que, entonces, nos damos cuenta que es la extracción de las minas de coltán en el Congo lo que se está cepillando a los gorilas... ah, que, entonces, nos damos cuenta de que esa extracción es lo que está detrás de los niños soldado, de los niños esclavo, de la guerra, de las matanzas, ...
- Dar derechos a un gorila es la mayor depravación que puede hacer alguien con un gorila. ¿Saben por qué? Porque no podemos situar deberes correlativos. Los derechos se establecen para poder cumplir con los deberes últimos, con la responsabilidad de la persona, con su transformación del mundo, con su aportación a la sociedad. Esa es la única base material que puedan tener los derechos, si no, estamos hablando de total arbitrariedad. Y, efectivamente, el gorila no tiene ninguna responsabilidad más que la de ser gorila.

Voy a poner un ejemplo sobre esto, que estuvimos hablando el otro día con un amigo. Él nos contaba cómo en su empresa, sus compañeros le pedían que se presentara a las elecciones sindicales, y una vez que le eligen, no acuden a las asambleas informativas que convoca. Y reflexionábamos conjuntamente, en el espacio que nos dio un acto público convocado a sabiendas de que vendría poca gente: ¿de qué sirve el derecho de sindicación si tú no ejerces tu deber de tomar parte en el proceso y delegas? Es decir, el deber con la sociedad es la base de todo derecho, la Internacional lo cantaba así de claro.

A la hora de plantear esto con los trabajadores, con los compañeros, podemos constatar cómo el no apelar a la responsabilidad imposibilita el ir juntos. De hecho, ¿no es eso lo que ocurre cuando los sindicatos defienden los derechos de unos pocos sin defender los de aquellos que no los tienen?

Esta división en base a los derechos es una de las formas fundamentales en la que opera la ideología política dominante y es totalmente asumida por los movimientos sociales, desde los veganos (respetemos la vida, comamos tomates), los proabortistas, las manifestaciones de los funcionarios por su 5%... O la pugna entre el derecho de los manifestantes de "Democracia real ya" y la procesión en Granada:

http://www.ideal.es/videos/granada/noticias/945283434001-bronca-entre-democracia-real-cofrades-virgen-rosario.html

Repetición de slóganes en pugna ("lo llaman democracia y no lo es" o "muerte al fascismo" vs "viva Cristo Rey"), para militar en el besuguismo. ¿A caso los que iban en la manifestación son los dueños del gran Capital, o dirigen el FMI?

No. La división se cuela por todas partes, nos enfrenta siempre en líneas superficiales, nos sitúa en planos fragmentarios, en oposiciones falsas, en la tergiversación y reclamar derechos que sólo pueden situarse desde el estado.

Moraleja: el único derecho que ejercemos realmente, el de no enterarnos de nada. Sigamos pidiendo derechos para que no sirva de nada ejercerlos. Los derechos sin deberes nos convierten en peleles... o en gorilas.

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